Son los producidos en la pre-recolección, por aplicaciones de productos químicos como: insecticidas, fungicidas, herbicidas y hormonas vegetales.
Antes de realizar cualquier aplicación de productos químicos es necesario saber la compatibilidad física entre ellos. Los daños producidos en los frutos por pulverizaciones, van desde profundas heridas en la superficie, a manchas que permanecen durante toda la vida del fruto.
Estas lesiones son debidas, principalmente, a dos circunstancias, la utilización de dosis superiores a las marcadas en la etiqueta del producto y a pulverizaciones con temperaturas elevadas en el ambiente.
Ya hemos comentado en varias ocasiones, que sobrepasar la dosis, que figura en las etiquetas, no conduce más que a problemas irreversibles, sin que por ello, dicho aumento de dosis conlleve, necesariamente, un aumento de la eficacia del producto.
Por otra parte, las aplicaciones de productos químicos en campo, a temperaturas superiores a los 30ºC, suelen ser la causa de la aparición de daños.
Los frutos, cuando se pulverizan o se mojan, tienen lo que se llama «zona de goteo», si la pulverización se hace con bastante agua, tanto las hojas, como los frutos gotean.
Si la temperatura es alta, se produce la evaporación del agua en una zona donde por efecto del escurrido suele tener mayor cantidad de producto y esa concentración excesiva de materia activa es la que produce las quemaduras que marcan el fruto de por vida.
Es cierto que, en estos casos, no se ve afectada la calidad interna del fruto, pero si la comercial.
Las pulverizaciones realizadas con emulsiones de aceite, son también causa de numerosas manchas, debido principalmente, a la mala calidad de algunos formulados y a las aplicaciones a destiempo. No deben pulverizarse con aceites, sin respetar el plazo de seguridad (PS) variedades tempranas de cítricos, que tengan que someterse a desverdizado, ya que la fruta, no cambia de color, en las zonas de escurrido del tratamiento.
Los tratamientos con herbicidas, sobre todo los de contacto, deben realizarse, con especial cuidado con los frutos próximos al suelo, ya que es muy frecuente, en el caso de realizar estos tratamientos, quemaduras en las «faldas» de los árboles, que convierten a los frutos en destrío.
Hay un punto que queremos resaltar respecto a este tema, y es que hay numerosas aplicaciones de productos químicos en campo, que marcan los frutos y que a simple vista tienen una apariencia normal, pero con el paso del tiempo en esas zonas comienza a deteriorarse la corteza del fruto, debilitada por la aplicación de productos químicos.