Daños de Almacen en citricos
Los daños producidos por la aplicación de productos químicos en los almacenes, se hallan perfectamente localizados en el drencher, cámaras de desverdizado y línea de confección.
– Drencher
Los daños producidos por el drencher, en los frutos por productos químicos, son mínimos, salvo equivocaciones en la dosis de los mismos o de los productos.
Sí que es más fácil, la ineficacia de los tratamientos, debida fundamentalmente, al pH del agua utilizada o a la degradación de los productos, como consecuencia de la materia orgánica arrastrada por envases y frutos, o por no mojar bien todos los frutos, que en algunos momentos de la campaña, sería preferible no mojarlos.
– Cámaras de desverdizado
En las cámaras de desverdizado, el etileno mal utilizado y a dosis altas puede producir quemaduras en la piel, que se detectan en destino, ya que evolucionan lentamente, pero el daño se produce en las cámaras.
También pueden ocasionar quemaduras los productos de desinfección, aplicados en la cámara, si hay presencia de frutos.
– Línea de confección
En la línea de confección se aplican diferentes fungicidas, detergentes y ceras. Todos estos productos deben estar perfectamente controlados en cuanto a dosis y formulación, exigiendo por parte del usuario, las fichas técnicas de cada uno de los productos utilizados, a los proveedores, ya que son productos aplicados a frutos que van a consumo humano directo.
Balsas
El primer punto de la línea donde se pueden aplicar productos químicos es la balsa, en aquellos almacenes, que de mayor o menor dimensión, la posean. La balsa tiene la ventaja que moja todo el fruto, ya que normalmente van sumergidos (todo o parte) en el agua.
En el caso de utilizar agua caliente, hay que controlar muy bien la temperatura, para evitar sorpresas posteriores. El agua caliente ayuda en la aplicación de productos y a realizar un mejor lavado de los frutos. Las dosis de los productos químicos, aplicados con agua caliente, pueden rebajarse, sin que por ello se disminuya su eficacia.
Lavadora
La siguiente etapa es la lavadora, donde a través de un generador de espuma, se aplica detergente, detergente neutro y detergente con fungicida. Salvo en casos excepcionales. En los que se aplique ortofenilfenol y no se lave bien, no debe haber ningún problema de manchas en su aplicación.
Lo extraño en esta máquina, es que la cortina de espuma, unas veces es poca, otras mucha y en pocos casos es correcta, siendo como es un punto importante para eliminar residuos de productos de contacto de campo, materia orgánica, etc.
Es conocido por todos que las aguas duras, son un problema para que los detergentes y jabones produzcan espuma, por lo cual un análisis del agua en general de los almacenes y un control periódico del pH, podría aportar soluciones a este problema.
En el caso de aplicar detergente u ortofenilfenol con detergente, en la cortina del generador de espuma, es necesario que las duchas de lavado de la máquina, funcionen todas y bien, para eliminar completamente el detergente y el ortofenil fenol. El detergente, porque de no hacerlo el encerado no es correcto y el brillo de los frutos se ve apagado y el ortofenil-fenol, porque puede producir quemaduras en los frutos.
Hay que tener en cuenta, los daños mecánicos que pueden producirse en la lavadora, por los cepillos de lavado si giran a velocidades altas. Para principio de campaña, recomendamos 80 revoluciones/min. No hay que olvidar que los frutos en la lavadora avanzan por empuje.
Tanto en la lavadora como en los aplicadores de fungicida de las líneas de precalibrado, el detergente y/o los fungicidas utilizados no se recuperan.
Aplicación de cera
La aplicación de cera, tiene como objetivo, reponer artificialmente las ceras naturales del fruto, (que han sido eliminadas, sobre todo en la lavadora) ser vehículo de los fungicidas y mejorar la presentación de los frutos.
Hay dos tipos de ceras, como puede verse en el capítulo correspondiente al encerado, Cera solvente y Ceras agua, en función de que los componentes de las mismas se disuelven en disolventes orgánicos o en agua.
En el primer caso (cera solvente), si la cantidad de cera aplicada, es en exceso y la distancia de aplicación (para que se volatilicen los disolventes), no es la adecuada, pueden producirse quemaduras en la piel de los frutos, en mayor o menor grado, en función de la variedad.
En las aplicaciones de cera agua, los problemas son más simples ya que no producen ningún daño en la piel del fruto, el exceso de cera o la rotura del film que proporciona su aplicación, volviendo a lavar los frutos se soluciona.
En ambos tipos de ceras, los fungicidas incorporados a las mismas, aunque se utilicen a dosis mucho más altas de las indicadas por el proveedor, no se produce ningún daño físico a los frutos, pero sí estaremos sobrepasando, el límite máximo de residuos (LMR) autorizado por la legislación, por consiguiente, fuera de la ley.