Inscripciones: envía un correo electrónico a fpia@coial.org con tus datos personales (nombre, apellidos, dni y tlf. de contacto) mostrando tu interés en el curso.
Joaquín Sánchez
Fundación Promoción Ingeniería Agronómica
Colegio Oficial Ingenieros Agrónomos de Levante
Tlf. 963 890 216/617 544 576
Os remito este interesante curso que se celebrará próximamente
(80 horas) Valencia, 26 de Abril-Septiembre de 2016.
Homologado por la Consellería de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural
Subvencionable 100% para trabajadores por cuenta ajena.
(Sujeto a la existencia de crédito por parte de la empresa, cooperativa, etc.).
Posibilidad de fraccionar el pago hasta en 3 plazos.
Programa del curso.
Bloque I. Material vegetal.
Módulo 1. Importancia agronómica de los cítricos. El comercio de los agrios. Evolución de las técnicas de cultivo. Situación actual.
Módulo 2. Variedades. Aspectos generales. Características, morfología y desarrollo. Descripción e identificación en campo. Últimos avances en investigaciones.
Módulo 3. Patrones. Características, morfología y desarrollo. Influencia sobre el desarrollo de la variedad. Comportamiento y adaptación a las condiciones del medio. Comportamiento frente a plagas y enfermedades. Últimos avances generales en la mejora de patrones.
Módulo 4. Fisiología. Desarrollo del fruto, maduración y senescencia. Brotación, floración y cuajado. Control de la producción del árbol. Fisiopatías. Últimos avances en investigaciones.
Bloque II. Técnicas y manejo de la explotación y el cultivo.
Módulo 5. Manejo de la Plantación. Mejores condiciones para el cultivo. Formas de plantación más productivas y rentables. Preparación y manejo del suelo. Labores preparatorias para su mecanización. Técnicas para la reducción de consumo de insumos.
Módulo 6. Manejo del riego. Relaciones hídricas y uso eficiente del agua. Automatización. Mantenimiento de las instalaciones. Aplicación de nuevas estrategias y tecnologías para el riego.
Módulo 7. Nutrición y fertilización. Necesidades según variedades. Análisis y diagnóstico de suelo, foliar y de agua. Interpretación. Programas de abonado. Factores a considerar. Cálculo. Tratamiento de carencias y excesos nutricionales. Técnicas de precisión para optimización en el uso de recursos. Aplicaciones. Software de apoyo.
Módulo 8. Poda. Objetivos. Criterios. Tipos. Fases. Técnicas según variedades y terreno. Manejo y mantenimiento de la herramienta. PRL en las labores de poda. Mejoras en cítricos a través de la poda.
Módulo 9. Mecanización. Maquinaria en fertilización y control de plagas y enfermedades. Maquinaria en recolección y postcosecha. Poda y reducción de costes.
Módulo 10. Postrecolección e industrialización. Desverdización. Manipulación para consumo en fresco. Estandarización e inspección. Control de residuos de plaguicidas. Control. Conservación.
Módulo 11.Técnicas y manejo de la explotación y el cultivo en régimen ecológico.
Bloque III. Plagas y enfermedades.
Módulo 12. Plagas comunes. Ácaros, diaspídidos, pulgones, otros. Técnicas de diagnóstico, muestreo e identificación. Métodos de control, tratamiento y lucha.
Módulo 13. Hongos patógenos. Técnicas de diagnóstico, muestreo e identificación. Métodos de control, tratamiento y lucha de enfermedades fúngicas.
Módulo 14. Bacterias, Virus, Viroides y Nemátodos. Técnicas de diagnóstico, muestreo e identificación. Métodos de control, tratamiento y lucha.
Módulo 15. Métodos de control, tratamiento y lucha de plagas y enfermedades en régimen ecológico.
Bloque IV. Comercialización.
Módulo 16. La comercialización de cítricos en el mundo. La citricultura en España. Mercados, tendencias. Protocolos de comercialización. Vías de exportación.
Módulo 17. Apoyos a la producción, aspectos jurídicos y legislación. Normativa. Apoyos al citricultor. Subvenciones. Variedades vegetales protegidas, royalties, derechos de producción. Sanciones.
Profesorado:
Agustí, Manuel
Investigador Instituto Agroforestal Mediterráneo
Catedrático Universidad Politécnica de Valencia
Aleza, Pablo
Investigador IVIA
Arenas, Francisco J.
Investigador IFAPA
Armengol, Josep
Investigador Instituto Agroforestal Mediterráneo
Catedrático Universidad Politécnica de Valencia
Del Pino, Ángel
Investigador Anecoop
Dominguez, Alfons
Investigador IVIA
Ferrer Arranz, José Miguel
Jefe de Servicio Ind. Alimentarias, Consellería de Agricultura
Forner, Mª Ángeles
Investigadora IVIA
Furió, Javier
Personal técnico IVIA
García Marí, Fernando
Investigador Instituto Agroforestal Mediterráneo
Catedrático Universidad Politécnica de Valencia
Intrigiolo, Diego
Investigador CSIC
López, Milagros
Investigadora IVIA
Mesejo, Carlos
Investigador Instituto Agroforestal Mediterráneo
Prof. Asociado Universidad Politécnica de Valencia
Práctica: preparación del terreno para la plantación
Norma estricta o prohibición
Eliminar los restos vegetales procedentes de anteriores cultivos.
No está permitida la desinfección química del terreno, salvo casos técnicamente justificados y autorizados por el organismo oficial correspondiente.
En los suelos poco profundos o con tendencia al encharcamiento, la plantación se efectuará sobre caballones, mesetas corridas o lomas, con objeto de evitar problemas fitosanitarios en el sistema radicular.
La profundidad mínima de suelo utilizable por las raíces deberá ser de 40 cm.
Recomendación
Desfondar el terreno cuando aparezcan capas compactadas a escasa profundidad.
En las replantaciones es conveniente voltear el suelo y dejarlo airear durante al menos un año antes de efectuar una nueva plantación.
Efectuar una aportación de materia orgánica y abonado de fondo según los datos obtenidos del análisis del suelo.
Es recomendable la práctica de la solarización.
Práctica: plantación
Norma estricta o prohibición
El material vegetal utilizado en las nuevas plantaciones procederá de viveros autorizados, deberá estar certificado y, en su caso, provisto de pasaporte fitosanitario.
El patrón empleado deberá adaptarse a las condiciones edáficas de la parcela y ser resistente a las fisiopatias predominantes en la misma (clorosis férrica, salinidad, asfixia radicular etc.) (anejo I).
No podrán utilizarse patrones sensibles al hongo Phytophthora sp. (anejo II)
Tampoco se permite la implantación de combinaciones injerto/ patrón sensibles al virus de la Tristeza (anejo II).
Cuando el injerto lo realice el propio agricultor o bien se sobreinjerte la plantación, las yemas utilizadas deberán estar certificadas como libres de virus.
Las variedades deberán escogerse por su adaptación a las condiciones microclimáticas de la parcela de forma que se minimicen los posibles daños por accidentes meteorológicos (frío, viento, lluvia, etc.). En áreas con riesgo frecuente de heladas se utilizarán variedades que, por su época de recolección estén menos expuestas a sufrir daños en el fruto. (anejo III)
Cuando existan distintas variedades, dentro de una misma explotación, su distribución deberá permitir el cultivo independiente de cada una de ellas.
No se permiten los cultivos asociados de especies distintas de cítricos en la misma parcela.
En las parcelas establecidas se realizará una evaluación de la incidencia de virosis. La manifestación de síntomas de estas enfermedades en más del 25% de los árboles excluirá la plantación de la producción integrada.
Las afecciones graves del hongo Phytophthora sp. en el cuello de la raíz o en el tronco de más del 25% del arbolado también excluirá la plantación de la producción integrada.
En las parcelas no abancaladas la disposición de las filas de los árboles será aquella que minimice la erosión del terreno siguiendo, en lo posible, las curvas de nivel.
Recomendación
Con objeto de alcanzar una estructura de plantación que permita el paso de la maquinaria y agilice las labores, se recomiendan los siguientes marcos de plantación (separación entre filas x separación entre plantas dentro de la fila):
Naranjos: 6 x 4 m
Mandarinos (en general): 5,5 x 4 m
Marisol: 5 x 3,5 m
Clausellina y Okitsu: 4 x 2 m
Limoneros y pomelos: 7 x 5 m
Estos marcos podrán ampliarse o reducirse en función del vigor de la combinación injerto/patrón y de la fertilidad y profundidad del suelo.
Deben evitarse los doblados de plantaciones adultas con plantones, excepto cuando estén técnicamente muy justificados.
Debe evitarse la plantación de variedades autocompatibles a las existentes en las proximidades de la parcela, para evitar la polinización cruzada.
Práctica: riego
Norma estricta o prohibición
El volumen máximo anual utilizado en el riego no podrá sobrepasar los 7.000 m3/ ha en el riego por inundación y los 6.000 m3/ha en el riego localizado.
La dosis de agua por unidad de superficie utilizada en cada riego y la frecuencia de riego deberán acomodarse a la capacidad de retención de humedad del terreno para evitar las pérdidas de agua en profundidad y la consiguiente lixiviación de nutrientes. Esta práctica deberá planificarse bajo el asesoramiento del técnico correspondiente.
Se deberá disponer de las características analíticas de calidad y contenido de nutrientes del agua de riego, al objeto de tomar decisiones sobre su utilización. A tal efecto se realizarán análisis del agua de riego cada tres años.
Se prohíbe la utilización de aguas residuales sin previa depuración, así como de aguas caracterizadas por parámetros de calidad intolerables para el cultivo, el suelo o para la salud pública.
Deberá utilizarse la técnica de riego que garantice la máxima eficiencia en la utilización del agua, teniendo en cuenta los condicionantes de la parcela. Y se deberá mantener en buen estado de conservación los sistemas de distribución del agua, para evitar las pérdidas de recursos.
En el riego por inundación, la longitud de los tablares y su pendiente deberán adaptarse a la textura del terreno y al módulo de riego, con objeto de conseguir la máxima uniformidad posible en la distribución del agua.
En el riego por goteo, el número de emisores por árbol, el volumen de agua aportado por cada uno de ellos y la frecuencia de riego deberán establecerse en función de la textura del terreno, de forma que se consiga una superficie mojada a la profundidad radicular de aproximadamente el 50% del área sombreada, y se eviten problemas de saturación de humedad o de pérdidas de agua en profundidad.
En el riego localizado, el coeficiente de uniformidad del sector de riego (eficiencia de aplicación) deberá superar el 85%.
Las parcelas deberán tener un adecuado drenaje o disponer de la posibilidad de evacuación superficial de las aguas, para evitar el encharcamiento prolongado cuando se produzcan fuertes precipitaciones.
Se deberá mantener en buen estado de conservación los sistemas de distribución del agua para evitar las pérdidas de recursos.
Recomendación
Se recomienda, si ello es posible, no utilizar aguas para el riego cuya conductividad supere los 3 milisiemens/cm, con un RAS (Relación de Absorción de Sodio) mayor de 9, ó con una concentración de iones cloruro que exceda de 10 meq/l. Tampoco es conveniente utilizar aguas con concentraciones de boro superiores a 0,75 mg/l.
En el riego por inundación se recomienda no utilizar tablares con una longitud superior a los 120 m en suelos arcillosos y 75 m en arenosos. En los terrenos de naturaleza arcillosa conviene que la pendiente del terreno, en el sentido del riego, se aproxime al 0,5 por mil, mientras que en las arenosos puede alcanzar el 2 por mil. No es aconsejable utilizar módulos de riego superiores a 40 l/seg.
En los anejos IV y V se expone, a título orientativo, el número de emisores por árbol y las frecuencias de riego que se consideran optimas en función de la textura del suelo.
Para determinar el volumen de agua que se debe aportar en cada riego, se recomienda utilizar las lecturas de un tanque evaporimétrico (aplicando los cálculos que se exponen en el anejo VI) o, en su defecto, usar una batería de tensiómetros.
En las instalaciones de riego localizado se recomienda la utilización de materiales certificados por el programa de control y certificación desarrollado en el convenio Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación – Universidad Politécnica de Valencia.
El programa de abonado se efectuará en función de las características de la plantación (edad, variedad, patrón, marco de plantación, producción, tipo de suelo, sistema de cultivo, etc.) y de los niveles de elementos nutritivos contenidos en el suelo y agua de riego, teniendo en cuenta el estado nutricional de la planta definido por el análisis foliar. Para ello será obligatorio efectuar, como mínimo, un análisis de suelo por parcela homogénea cada 5 años, uno del agua de riego cada 3 años y otro de hojas cada 2 años.
La toma de muestras para estos análisis se efectuará siguiendo las prescripciones técnicas. Dichos análisis se acompañarán al libro de explotación, estando a disposición de los organismos encargados de la supervisión de la producción integrada.
Al inicio del programa de producción integrada es necesario realizar los anteriores análisis.
La cantidad de nitrógeno aportada no podrá superar los 240 kg/ha y año en riego por inundación y los 200 kg/ha y año en riego localizado.
La dosis máxima de fósforo no deberá sobrepasar los 80 kg de P2O5 por hectárea y año y la de potasio los 160 kg. de K20 por hectárea y año. Sin embargo estas limitaciones podrán reducirse o incrementarse, en función de la riqueza del suelo en fósforo y potasio asimilables y la respuesta de la planta expresada por el análisis foliar, según los porcentajes que se exponen en los anejos VIII y IX.
En plantaciones jóvenes las cantidades de nitrógeno, fósforo y potasio por árbol y año no deberán superar las expuestas en el anejo X, aunque en el caso del fósforo y potasio se permiten correcciones de las dosis máximas, en los porcentajes expuestos en los anejos VIII y IX, dentro de los mismos condicionantes. No obstante, en el caso de plantaciones de muy alta densidad, nunca se podrán sobrepasar las dosis por hectárea que se definen en los dos apartados anteriores.
La dosis de nitrógeno mineral se establecerá por diferencia entre las necesidades totales y la cantidad de N aportado por el agua de riego, que depende de su concentración en nitrato y del volumen de agua aportado (ver anejo XI).
De forma semejante, deberá también tenerse en cuenta el N aportado por la materia orgánica del suelo (ver anejo XII).
La concentración foliar de N no podrá sobrepasar el valor del 2,9% sobre materia seca.
Los niveles foliares de fósforo y potasio no deberán sobrepasar los valores del 0,16% y 1% sobre materia seca respectivamente. Esta norma se establece con la excepción de los suelos que en el primer análisis muestren una alta riqueza en estos elementos.
Los elementos nutritivos deben ser suministrados fundamentalmente a través del suelo. Las pulverizaciones foliares de macro y oligoelementos deberán limitarse a la corrección de estados carenciales (anejo VII), siempre y cuando las condiciones edáficas de la parcela restrinjan la eficacia de su tratamiento por el suelo.
Los abonos se aplicarán durante la primavera y el verano para aprovechar los períodos de mayor capacidad de absorción radicular.
En las plantaciones regadas por inundación, el abonado nitrogenado deberá fraccionarse, como mínimo, en dos aportaciones –una en primavera y otra en verano– excepto en los terrenos marcadamente arenosos donde se aplicará, al menos, en tres fracciones distribuidas entre ambos períodos.
En plantaciones con riego localizado, la fertilización se efectuará mediante abonos solubles disueltos en el agua de riego (anejo XIII). Estos se dosificarán con alta frecuencia, que deberá ser como mínimo semanal.
La aplicación de otros nutrientes solo se realizará cuando esté técnicamente justificada por la manifestación de su deficiencia en el análisis foliar (anejo VII).
Los abonos orgánicos y minerales deben presentar un bajo contenido en metales pesados y otros productos tóxicos, que deben corresponder a las exigencias expuestas en los anejos XIV y XV.
Se seguirán estrictamente las normas expuestas en los apartados correspondientes al riego, en cuanto a no aplicar excesivos volúmenes de agua y procurar una máxima uniformidad en la distribución de la misma, para evitar la lixiviación de nitratos u otros nutrientes.
Se evitarán los encharcamientos prolongados del terreno para minimizar las pérdidas de N por desnitrificación.
En todo caso, y para aquellas explotaciones agrarias ubicadas en términos municipales designados por el Decreto 13/2000, de 25 de enero, del Gobierno Valenciano, como zonas vulnerables a la contaminación de las aguas por nitratos procedentes de fuentes agrarias, el aporte de nitrógeno se ajustará a las cantidades, si son menores a las exigidas en esta reglamentación, y periodos de prohibición de fertilización nitrogenada establecidos en el correspondiente Programa de Actuación aprobado por Orden de la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Recomendación
Se recomienda seguir el programa informático FERTICIT para el cálculo de la dosificación del abonado.
Se recomienda la aplicación de materia orgánica de origen vegetal o animal, como mejorante de la condición y fertilidad del suelo. La dosificación orientativa es de 20-30 Tm/ha cada 2-3 años.
Se recomienda aplicar los fertilizantes nitrogenados con el mayor grado de fraccionamiento posible.
Es muy conveniente seleccionar los fertilizantes en función de que su naturaleza química, para que ésta cause los menores efectos adversos posibles sobre la estructura y pH del suelo, y no provoque efectos tóxicos en las plantas (anejos XVI y XVII).
Se tenderá al empleo de abonos preparados en formas que reduzcan la contaminación de suelos y aguas.
En el riego por inundación, los abonos se aplicarán con el suelo en sazón y se enterrarán inmediatamente mediante una labor. Este sistema es preferible a su incorporación al terreno mediante un riego ya que con ello se pueden producir pérdidas de nutrientes por lavado o una deficiente distribución de los mismos por arrastre superficial. En todo caso, cuando se apliquen los abonos con el riego a manta la pendiente del terreno deberá ser la adecuada a su textura, para lograr una distribución lo más homogénea posible de los nutrientes.
Práctica: fitorreguladores
Norma estricta o prohibición
Los tratamientos hormonales deberán efectuarse con la expresa autorización y bajo el estricto control del responsable técnico.
En cualquier caso, sólo podrán utilizarse los siguientes compuestos con actividad en la regulación del desarrollo:
– Ácido giberélico y su mezcla con MCPA para aumentar el cuajado de las variedades improductivas y evitar alteraciones de la corteza del fruto siempre que se utilice a una dosis inferior a los 10 mg/l de materia activa y 45 días antes de la recolección. También se autoriza su utilización para el control de la floración.
– Para evitar la caída del fruto en naranjo podrá utilizarse Triclopir y Diclorprop-p, siguiendo las dosis, plazos de seguridad y demás condiciones de uso establecidos en su autorización.
– Para aumentar el tamaño del fruto se permite la utilización de otras auxinas de síntesis autorizadas, siempre y cuando no se superen los 25 mg/l de materia activa aplicada y se efectúe el tratamiento antes del 15 de julio, sin haber frutos maduros en el árbol.
Recomendación
El rayado de ramas puede utilizarse como técnica alternativa para incrementar el cuajado de las variedades con problemas de fructificación.
Práctica: poda
Norma estricta o prohibición
Los árboles deben podarse, como mínimo, con frecuencia bianual, para mejorar la calidad del fruto, evitar la vecería, mejorar la aireación e iluminación del árbol, facilitar la recolección de la fruta, aumentar la penetración y eficacia de los tratamientos fitosanitarios y reducir el consumo de plaguicidas.
En la poda se eliminarán los chupones y rebrotes del tronco, las ramas secas o debilitadas, las que por su posición u orientación pueden dificultar los tratamientos y las que crecen verticalmente en el centro del árbol, para abrir la parte superior de la copa.
Se prohíbe la quema de los restos de poda en condiciones incontroladas y cuando exista riesgo de propagación del fuego.
En la realización de la poda se deberán desinfectar los instrumentos de corte cuando se cambie de parcela o variedad.
Recomendación
Se recomienda incorporar al terreno los restos de poda mediante troceado y trituración «in situ», salvo en caso de que manifiesten síntomas de ataque de plagas o enfermedades (alternaria,…). En este caso, se retirarán del campo y quemarán inmediatamente.
Práctica: manejo del suelo, laboreo y control de malas hierbas
Norma estricta o prohibición
Se adoptarán medidas de conservación de suelo, con el fin de evitar fenómenos de erosión.
Se prohíbe la utilización repetitiva de aperos que destruyan la estructura del suelo y propicien la formación de suelas de labor.
Se prohíbe el uso de herbicidas residuales en los suelos arenosos o cerca de fuentes de agua o cuando la capa freática esté a menos de un metro de profundidad.
La aplicación de herbicidas se llevará a cabo en el momento de máxima sensibilidad de las malas hierbas, lo que permitirá la aplicación de las materias activas en sus dosis mínimas.
Desde mediados de otoño a finales de invierno se mantendrá la cubierta vegetal espontánea.
Recomendación
Las malas hierbas se controlarán, siempre que se pueda, con medios mecánicos, efectuando labores superficiales con aperos que causen una mínima alteración del terreno. Se recomienda realizar las labores cuando el suelo se encuentre en sazón.
Solamente se utilizarán herbicidas en aquellos casos en que el empleo de maquinaria sea muy dificultoso.
Los herbicidas se aplicarán preferentemente de forma localizada. El volumen máximo de caldo recomendado para aplicación de herbicidas es de 400 l/ha de suelo tratado.
Se aconseja la rotación de materias activas con el fin de evitar la aparición de resistencias.
Práctica: control de plagas y enfermedades
Norma estricta o prohibición
En el control de plagas y enfermedades se antepondrán los métodos biológicos, biotécnicos, culturales, físicos y genéticos a los químicos.
La estimación del riesgo se hará mediante evaluaciones de los niveles poblacionales, estado de desarrollo de las plagas y fauna útil, fenología del cultivo y condiciones climáticas, de acuerdo con la estrategia de control integrado establecida en el anejo XVIII. El número de árboles a muestrear para la evaluación de los niveles poblacionales será de 25, salvo cuando en dicho anexo se establezca otro número
El tratamiento químico deberá responder a una estimación poblacional de la plaga o enfermedad que lo justifique como única alternativa para el control del problema fitosanitario presente. Con tal fin se considerarán los umbrales reflejados en el anejo XVIII. Los niveles de plaga previos a los tratamientos deberán anotarse en el libro de explotación.
Las materias activas autorizadas son las expuestas en el anejo XVIII que han sido seleccionadas en base a criterios de: eficacia, toxicidad, efecto sobre la fauna útil, persistencia e impacto ambiental. Queda, por tanto, estrictamente prohibida la utilización de productos no especificados en ese anejo.
Queda prohibido el uso de formulaciones clasificadas como «Muy Tóxicas (T+)».
Debe protegerse la fauna auxiliar, en particular Rodolia cardinalis, Criptolaemus mountrouzieri, Cales noacki y los ácaros fitoseidos.
Se prohíben los tratamientos periódicos y sistemáticos sin justificación técnica (calendarios de tratamientos).
Queda prohibido abandonar el control fitosanitario antes de la finalización del ciclo vegetativo del cultivo; así como el empleo de productos fitosanitarios en los márgenes de las corrientes de agua.
Recomendación
Se recomienda alternar materias activas para evitar problemas de resistencias, así como reducir el área tratada a focos o rodales de la parcela cuando sea posible.
Se recomienda la reducción, al mínimo posible, de la concentración de materia activa y volumen de caldo utilizado, y disminuir la superficie vegetal tratada; todo ello sin comprometer la eficacia del tratamiento.
La presencia de residuos deberá minimizarse mediante la máxima ampliación posible de los plazos de seguridad.
En los tratamientos efectuados con pulverizadores hidroneumáticos, los volúmenes máximos de caldo y de aire recomendados son:
Para agentes parasitarios de localización externa
– Volumen de aplicación: 1.200 l/ha
– Caudal de aire: 30.000 m3/h
Para agentes parasitarios de localización interna
– Volumen de aplicación 2.500 l/ha. En el caso de emplear aceite mineral sólo, o en especiales estructuras de plantación, el volumen máximo de caldo podrá ser de hasta 3.500 l/ha.
– Caudal de aire: 50.000 m3/h
La velocidad de salida del aire no deberá exceder los 30 m/seg y la presión de trabajo de 20 bar.
En los tratamientos efectuados con pulverizadores hidráulicos con disparadores accionados manualmente, el volumen máximo de caldo es:
Para agentes parasitarios de localización externa: 2.500 l/ha, con un diámetro máximo de boquilla de 1,5 mm.
Para agentes parasitarios de localización interna: 5.000 l/ha, con un diámetro máximo de boquilla de 2 mm.
La presión de trabajo no deberá exceder los 30 bar.
Práctica: maquinaria de aplicación
Norma estricta o prohibición
La maquinaria utilizada en la aplicación de productos fitosanitarios, herbicidas, abonados foliares, etc., deberá encontrarse en un adecuado estado de funcionamiento, lo que permitirá elevar la eficacia de su utilización, y por tanto, disminuirá los efectos contaminantes que provocan las pérdidas incontroladas, con un sensible ahorro económico.
Sólo podrán ser utilizados, para la producción integrada, los equipos de tratamiento que reúnan los requisitos especificados por la CAPA-UPV y se adecuen a las normas EN (normas del Comité Europeo de Normalización) relativas a seguridad laboral y protección del medio ambiente.
La maquinaria de aplicación de productos fitosanitarios deberá someterse a una revisión por el organismo competente cada tres años y todos los años por el productor. Sólo en el caso de que el equipo sea declarado apto, podrá seguir empleándose para los tratamientos de lucha integrada, para cuyos efectos será debidamente identificado.
Cuando se utilicen pulverizadores hidráulicos con disparadores de acción manual, estos deberán ser regulables en caudal y ángulo de cono de salida.
El responsable de los tratamientos y los aplicadores deberán estar en posesión del carnet de manipulador de plaguicidas de uso fitosanitario correspondiente.
No deberán efectuarse tratamientos cuando la velocidad del viento supere los 15 km/h. La temperatura máxima durante el tratamiento no superará los 28°C y la HR mínima será del 40%.
El sistema de carga de los depósitos y su transporte no debe permitir vertidos de ningún tipo a las acequias, canales, caminos, etc. Recomendación
Extremar las medidas de protección personal antes, durante y después de las aplicaciones de productos plaguicidas (utilizar un equipo de protección adecuado, cambiarse de ropa tras los tratamientos, etc).
Calibrar la maquinaria antes de comenzar los tratamientos, adecuando los reglajes a los requerimientos de cada tipo de aplicación.
La maquinaria empleada debe asegurar un correcto reparto del producto y ausencia de deriva.
Se recomienda el empleo de boquillas de baja deriva.
Práctica: recolección
Norma estricta o prohibición
La recolección se efectuará en las mejores condiciones y con el mayor cuidado para evitar lesiones en los frutos que reduzcan su calidad y propicien las infecciones.
No se recolectarán frutos mojados.
Se eliminarán los frutos que presenten síntomas de la presencia de patógenos causantes de podredumbres.
Los frutos deberán recolectarse en un estado de madurez que permita alcanzar las exigencias de calidad comercial. Se exigirá un índice de madurez mínimo de:
Satsumas y naranjas tempranas 6
Clementinas, naranjas de media estación y tardías 6,5
Fortune 8
El porcentaje de zumo (respecto al peso total del fruto) requerido será del 40% para clementinas y el 33% para naranjas, satsumas y mandarinas híbridas.
El índice de color mínimo en el momento de la comercialización deberá superar el valor de +4 para satsumas y +6 para el resto de variedades.
Las categorías de cítricos amparadas por la denominación de producción integrada serán las establecidas por el Reglamento (CEE) n° 920/89 en el que se especifican las normas de calidad interna y externa de los frutos.
Los productos recolectados, hasta tanto no se envíen al centro de manipulación, se colocarán bajo techo o en condiciones tales que eviten la incidencia directa de los agentes atmosféricos y en un lugar con máxima ventilación.
La fruta entrará en el almacén el mismo día de su recolección.
Se efectuarán análisis por muestreo en el periodo de recolección y elaboración, para analizar la posible presencia de residuos de productos fitosanitarios y garantizar que se han empleado exclusivamente las materias activas autorizadas en este reglamento, que se cumple con los límites máximos de residuos de productos fitosanitarios (LMR) legalmente establecidos, y con los parámetros de calidad intrínseca y extrínseca exigidos por las normas establecidas para la producción integrada.
Para producciones dirigidas a otros mercados distintos del nacional, deberá verificarse que cumplen la legislación establecida en el lugar de destino respecto al contenido de residuos.
En el caso de desverdización de la fruta, se efectuará con un flujo continuo de etileno a una concentración inferior a 5 mgr/l. y temperatura de 20-22°C durante un máximo de 60 horas, con objeto de no provocar el envejecimiento de la piel.
Las materias activas y dosis autorizadas para los tratamientos post-cosecha se recogen en el anejo XIX.
Cuando se apliquen ceras, se cumplirán estrictamente las condiciones para el tratamiento de superficie de frutas que figuran en las listas oficiales de aditivos para la elaboración de productos alimenticios.
Recomendación
– Se evitará en lo posible los tratamientos post-recolección.
– Se recomienda el uso de ceras naturales.
Práctica: almacenamiento y envasado
Norma estricta o prohibición
El almacenamiento debe realizarse con procedimientos que permitan garantizar la mejor calidad posible de los productos.
En los almacenes debe separarse claramente los productos procedentes de cultivo de producción integrada del resto de productos convencionales.
La limpieza desinfección y lucha contra los parásitos de los lugares de almacenamiento se realizará de manera que no se produzca ningún tipo de contaminación de los productos.
Se tomarán las medidas adecuadas para mantener todos los elementos que intervienen en el proceso de almacenamiento y manipulación de los frutos con la mayor limpieza y asepsia posibles:
– Se procederá a la desinfección total de la central hortofrutícola una vez al año.
– Las instalaciones y maquinaria de la línea de confección del fruto se limpiarán y desinfectarán al inicio, y al menos una vez cada 15 días durante el período de funcionamiento.
– Los cajones y recipientes utilizados en el transporte y almacenamiento de la fruta se limpiarán y desinfectarán al menos una vez al año.
– Como norma general, todos aquellos elementos que puedan afectar la condición de los frutos se limpiarán al inicio de su utilización para la confección de productos procedentes de agricultura integrada.
Todas las máquinas, recipientes, elementos de transporte, envases y lugares de almacenamiento deberán reunir las condiciones siguientes:
– No transmitir a los productos con que entren en contacto sustancias tóxicas o que puedan contaminar, ni originar reacciones químicas perjudiciales.
– No alterar las características de composición y los caracteres organolépticos de los productos.
– La limpieza se realizará con métodos y productos autorizados, al igual que el control de roedores y de insectos.
Las operaciones de envasado deben efectuarse por series completas, separadas físicamente o en el tiempo de operaciones con productos convencionales.
Práctica: protección del entorno
Norma estricta o prohibición
Se tomarán las medidas oportunas para proteger la flora y fauna de las áreas próximas a la plantación. Las precauciones que se adopten en este sentido, en función de cada situación concreta, deberán figurar en el libro de explotación.
Se prohíbe el vertido de los productos agroquímicos sobrantes y de los líquidos procedentes de la limpieza de la maquinaria empleada en los tratamientos a las aguas de canales, acequias, ríos, pozos, caminos, etc.
Los envoltorios, envases y recipientes de productos de uso agrícola no deberán abandonarse en la parcela ni en sus inmediaciones, sino que se recogerán y eliminarán a través de los cauces legalmente establecidos.
Los envases se enjuagarán y el agua de su limpieza se incorporará al depósito del equipo de tratamiento.
Práctica: libro de explotación
Norma estricta o prohibición
Los agricultores que se incorporen a la producción integrada deberán proveerse de un libro de explotación, según el modelo aprobado por la Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación.
En este libro se anotarán con suficiente detalle todas las labores e incidencias del cultivo, en las fechas en que se han realizado o producido. Su puesta al día deberá efectuarse al menos semanalmente.
El agricultor o el técnico responsable de la explotación en régimen de producción integrada se responsabilizará, con su firma, de la veracidad de las operaciones registradas en el libro.
Este libro estará siempre disponible para su inspección por la entidad de Control y Certificación (ECC) de la producción integrada correspondiente, o por los servicios oficiales. A tal efecto podrá reclamarse en cualquier momento y sin aviso previo.
Al libro de explotación deberá adjuntarse la documentación que acredite las prácticas de cultivo (facturas etc.) así como los resultados de los análisis exigidos. La ECC y la administración tendrán libre acceso a las parcelas de producción integrada para efectuar las comprobaciones oportunas.
ANEXO I – COMPORTAMIENTO AGRONOMICO DE PATRONES FRENTE A CONDICIONES ECOLÓGICAS ADVERSAS FISIOPATIAS
ANEXO II – COMPORTAMIENTO AGRONOMICO DE PATRONES FRENTE A LAS PLAGAS Y ENFERMEDADES MÁS IMPORTANTES
ANEXO III – PERIODOS DE RECOLECCION DE LOS CITRICOS
ANEXO IV – NÚMERO DE EMISORES POR ÁRBOL EN RIEGO POR GOTEO
ANEXO V – FRECUENCIA DE RIEGO RECOMENDADA EN SISTEMAS LOCALIZADOS O RIEGO POR GOTEO EN CITRICOS
ANEXO VII – NIVELES DE DEFICIENCIA EN EL ANÁLISIS FOLIAR
ANEXO VIII – FACTORES DE CORRECCIÓN PARA EL ABONADO FOSFORADO DE ACUERDO CON LOS ANÁLISIS DE SUELO Y FOLIAR EN CITRICOS
ANEXO IX – FACTORES DE CORRECCIÓN PARA EL ABONADO POTASICO DE ACUERDO CON LOS ANÁLISIS DE SUELO Y FOLIAR EN CITRICOS
ANEXO X – DOSIS MAXIMAS DE ABONADO PERMITIDAS PARA ARBOLES JOVENES EN CITRICOS
ANEXO XI APORTACION DE NITROGENO POR EL AGUA DE RIEGO
ANEXO XII – NITRÓGENO PROCEDENTE DE LA MATERIA ORGÁNICA DEL SUELO
ANEXO XIII – PRINCIPALES ABONOS NITROGENADOS SOLUBLES UTILIZADOS EN FERTIRRIGACIÓN
ANEXO XIV – APORTES MÁXIMOS DE METALES PESADOS AL SUELO
ANEXO XV – CONCENTRACIONES MÁXIMAS DE METALES PESADOS PERMITIDAS EN EL SUELO
ANEXO XVI – EFECTOS DE LOS PRINCIPALES TIPOS DE ABONOS
ANEXO XVII – ELECCION DEL ABONO EN FUNCIÓN DEL TIPO DE SUELO
ANEXO XVIII – ESTRATEGIA DE CONTROL INTEGRADO DE PLAGAS Y ENFERMEDADES
(1) Máximo una aplicación al año.
(2) Máximo 1 aplicación foliar al año por parcela en limoneros y naranjos, y 2 en mandarinos.
(3) Dejar zonas refugio de un 5% de superficie sin tratar en explotaciones de más de 5 hectáreas.
(4) No utilizar a menos de 20 metros de corrientes de agua.
(5) No utilizar en espacios naturales protegidos, ni en sus zonas de influencia oficialmente declaradas.
(6) Sólo en plantones e injertadas.
(7) Pintado al tronco.
(8) Riego por goteo.
(9) Aplicado al suelo.
(10) Aplicar en primeros estadios larvarios
(11) Pulverización cebo.
(12) Sólo mayo-junio, excepto variedades tardías pendientes de recolección.
(13) No tratar si hay cochinilla acanalada o cotonet.
(14) Sólo en limonero, naranjo y mandarinos.
(15) Sólo en aplicaciones localizadas en pulverización cebo para ceratitis capitata
(16) Sólo las formulaciones autorizadas, hasta floración y sin cosecha pendiente.
(17) Su utilización no podrá extenderse más allá de 6 meses de la fecha límite de comercialización, establecida el 30 de junio de 2012
ANEXO XIX – PRODUCTOS TOLERADOS Y CONDICIONES DE USO PARA LOS TRATAMIENTOS DE POST-COSECHA EN CÍTRICOS
1. Fosetil-Al
2. Imazalil
3. Miclobutanil
4. Ortofenilfenato sódico
5. Ortofenilfenol
6. Pirimetanil
7. Procloraz
8. Tiabendazol
9. Queda prohibida cualquier aplicación fungicida post-recolección, no recogida en los apartados anteriores.
10. Las condiciones de uso permitidas son las recogidas en el Registro de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente
Notas:
a) Las materias activas indicadas en este anexo XVIII contra cada plaga, podrán excepcionalmente ser utilizadas contra otras plagas, siempre que estén registradas contra las mismas y se respeten las restricciones establecidas en el reglamento de producción integrada.
b) En situaciones muy excepcionales podrán autorizarse otras materias activas no contempladas en esta norma técnica siempre que, estando su uso registrado en el cultivo, sea autorizado por escrito su utilización para la producción integrada en cítricos por la Dirección General de Investigación y Tecnología Agroalimentaria, con las condiciones y limitaciones que señale dicha autorización.
c) El hecho de que un organismo aparezca citado en el anexo XVIII no obliga al operador a realizar su seguimiento. No obstante, el no seguimiento de alguno de estos organismos, al no constituir plaga en dicha zona de cultivo, deberá estar debidamente justificado.
d) No obstante la previsión de materias activas admitidas en los anexos XVIII y XIX en el cultivo de cítricos, y dados las frecuentes renovaciones o cambios en las condiciones de uso, el responsable de la explotación deberá verificar antes de su uso la vigencia de la autorización del formulado comercial y del uso y cultivo para el que lo vaya a emplear, mediante la correspondiente consulta al Registro Oficial de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (dirección web: <http://www.magrama.gob.es/es/agricultura/temas/medios-de-produccion/productos-fitosanitarios/registro/menu.asp>).
Ana Quiñones Oliver Doctora Ingeniera Agrónoma
Belén Martínez Alcántara Doctora Ingeniera Agrónoma
Eduardo Primo-Millo Doctor Ingeniero Agrónomo
Francisco Legaz Paredes Doctor en Ciencias Biológicas
Instituto Valenciano de Investigaciones Agrárias (IVIA)
Papel de los nutrientes
El nitrógeno constituye el elemento más importante en la programación anual del abonado. Su influencia sobre el crecimiento, la floración y la productividad es notable, así como, en ciertas condiciones, sobre la calidad del fruto.
El fósforo participa en el metabolismo de los azúcares, de los ácidos nucleicos y en los procesos energéticos de la planta.
El potasio es esencial como coenzima en numerosos enzimas, así como la exigencia de elevadas cantidades del mismo durante la síntesis proteica. Especialmente importante es su papel en la fotosíntesis y en el metabolismo de los hidratos de carbono. El magnesio tiene como función más importante ser un constituyente del átomo central de la molécula de clorofila.
El calcio es un macronutriente que presenta diferencias muy notables con el resto, ya que su incorporación al citoplasma celular se halla severamente restringido. La mayor parte de su actividad en la planta se debe a su capacidad de coordinación, ya que es capaz de establecer uniones estables y, al mismo tiempo reversibles, entre moléculas.
El azufre juega un papel clave en la síntesis de proteínas. Es un componente importante de algunos aminoácidos como la cisteína, la cistina, etc., y de la coenzima A.
En cuanto a los microelementos: el hierro forma parte de la ferredoxina y los citocromos, sustancias transportadoras de electrones y, por lo tanto, fundamentales en la fotosíntesis y en la respiración; el zinc interviene en distintas enzimas. Indirectamente, su deficiencia inhibe la síntesis proteica; el manganeso está involucrado en la activación de numerosos enzimas; el cobre actúa en la planta fundamentalmente en las uniones enzimáticas en las reacciones redox; el boro en los cítricos tiene un papel todavía poco conocido. No se tiene evidencia de que participe en estructuras enzimáticas y muy pocas de que la actividad de éstas se vea estimulada o inhibida por él; y el molibdeno interviene en la fijación del nitrógeno atmosférico y en la reducción del nitrato.
Deficiencias nutritivas
La insuficiencia en la disponibilidad de un elemento mineral con repercusiones negativas sobre el desarrollo y la productividad recibe el nombre de deficiencia o carencia.
La deficiencia de nitrógeno se caracteriza por una reducción del tamaño de las hojas y un amarilleamiento general de éstas, más acusado en los nervios. Particularmente intensos son estos síntomas en las hojas de los brotes con fruto. Los frutos que alcanzan la madurez suelen ser de menor tamaño, con la corteza muy fina y de buena calidad.
Deficiencia de nitrógeno en cítricos
La carencia de fósforo es muy difícil detectar en campo, no sólo porque no es frecuente en las plantaciones de cítricos, sino porque no presenta manifestaciones claras. En las plantas deficientes en este elemento la floración es más escasa, los frutos son de mayor tamaño pero con menos zumo, corteza más gruesa y menos consistentes.
Los síntomas de carencia del potasio son poco visibles y específicos, precisándose de análisis foliares para su detección. Afectan, sobre todo, a las hojas viejas, dada la movilidad de este elemento en la planta, que se arrugan y enrollan. Los frutos son pequeños y con la corteza delgada y suave, que tiende a colorear prematuramente.
Deficiencia de potasio en citricosDeficiencia de potasio en citricosDeficiencia de potasio en citricos
La carencia del magnesio se manifiesta por un amarilleamiento de la hoja, principalmente las viejas, que no alcanza toda la superficie, queda una “V” rellena de color verde, con su vértice apuntando hacia el ápice de la hoja.
Deficiencia de magnesio en citricos
La deficiencia del Mg produce frutos de menor tamaño, con una corteza más delgada, menor contenido en azúcares y acidez total.
Los síntomas más característicos de la deficiencia de calcio son la reducción del desarrollo, pérdida de vigor, desecación de las puntas de las ramas y defoliaciones. El rendimiento de la cosecha y el tamaño del fruto pueden verse ligeramente reducidos en estas condiciones. Ocasionalmente presenta rejados en las frutas.
Deficiencia de calcio en citricos
En plantas con carencia de azufre se observa un comportamiento similar a la carencia de nitrógeno. Las hojas presentan un color verde pálido, pero además se produce un encorvamiento de las puntas de las hojas, que avanza hacia la base.
Dada la falta de movilidad del hierro por la planta para movilizarse desde las hojas viejas, la carencia de hierro se manifiesta por la tonalidad amarilla que adquieren las hojas de las brotaciones jóvenes, excepción hecha de sus nervios que permanecen verdes. Además se reduce el número y tamaño final de los frutos, así como el contenido en sólidos solubles totales.
Deficiencia de hierro en citricosDeficiencia de microelementos en citricos
La deficiencia de zinc se caracteriza por la formación de zonas amarillentas alrededor de los nervios secundarios de las hojas que destacan sobre un fondo verdoso. En estados graves, las hojas, principalmente las jóvenes, alcanzan un tamaño inferior al normal. Además, la cosecha se reduce y los frutos son de menor tamaño, con la corteza fina, poco zumo y baja concentración de sólidos solubles.
La deficiencia del magneso se caracteriza por la aparición de lagunas amarillas, relativamente irregulares en su forma y distribución, sobre las hojas jóvenes, pero sin alterar su tamaño ni forma. Suelen coexistir con las carencias de Zn.
La carencia del cobre en los cítricos es difícil de encontrar, ya que los tratamientos fungicidas que se aplican en su cultivo son suficientes para cubrir las necesidades de los árboles.
Los síntomas de carencia del boro son poco específicos, siendo los más relevantes manchas traslúcidas, amarilleamiento de nervios, d-formación y color bronceado de las hojas jóvenes y bolsas de goma en el albedo de frutos.
La carencia de molibdeno en los cítricos trae consigo una sintomatología muy parecida a la falta de N. Además se manifiesta por una escasa cantidad de hojas y éstas tienden a curvarse hacia arriba.
Consumo de nutrientes a lo largo del ciclo de cultivo.
Las necesidades nutritivas se definen como la cantidad de elementos nutritivos consumidos por la planta durante un ciclo vegetativo anual. En la determinación de éstas se incluye el consumo en el desarrollo de nuevos órganos (vegetativos y reproductivos) y en el crecimiento de los órganos viejos permanentes.
Las hojas de ciclos anteriores (hojas viejas), se deben considerar como fuente de nutrientes, ya que al principio del ciclo vegetativo removilizan, hacia los nuevos órganos, una proporción importante de su contenido en elementos móviles y, cuando las condiciones del medio y de la planta les permiten recuperar parte de los elementos exportados, una parte de estas hojas ya se ha desprendido del árbol.
Las necesidades nutritivas de los agrios para plantas de diferentes edades se exponen en la tabla 24.2.
Así mismo, se muestra que parte de estos nutrientes son aportados por las reservas contenidas en las hojas viejas. En el caso del hierro, dada su escasa movilidad en la planta, la aportación por las hojas puede considerarse inapreciable. Evidentemente, los valores expuestos en esta tabla son de tipo medio y pueden sufrir variaciones en función de las características de la planta; sin embargo, tienen un valor indicativo aproximado de las necesidades reales de los agrios.
RECOMENDACIONES DE ABONADO
Para aportar una dosis razonable de abono a una plantación de cítricos hemos de considerar, en primer lugar, la cantidad de nutrientes que consume el cultivo anualmente (tabla 24.2) y, por otro lado, la eficiencia o proporción de elementos que aprovecha el arbolado cuando se aplican los fertilizantes.
Eficiencia en el uso de los fertilizantes El concepto de eficiencia en el uso de los abonos se define como la proporción de un elemento que es aprovechado por el arbolado cuando se aplica una dosis determinada del mismo.
Generalmente, la relación que existe entre el elemento aplicado y su aprovechamiento por el cultivo no es lineal, de modo que, conforme se aplican dosis crecientes la eficiencia disminuye. Esta respuesta indica que la eficiencia se debe calcular para la dosis considerada agronómicamente óptima para un cultivo con unas prácticas culturales determinadas.
Cálculo de la dosis de abonado de cítricos
Partiendo de los datos expuestos en la tabla 24.2 y aplicando un incremento de nutrientes en función de la eficiencia media de los fertilizantes más utilizados, se pueden obtener las recomendaciones de abonado en función de la edad de la plantación, diámetro de copa, densidad de plantación y producción.
Dosis anual = Necesidades anuales netas (tabla 24.2) x F1 x F2
Siendo:
F1 = 100/Porcentaje eficiencia en la utilización de los fertilizantes en riego por inundación o goteo.
F2 = Factor de conversión de elementos nutritivos en unidades fertilizantes (UF/kg: N x 1= N; P x 2,3= P2O5; K x 1,2= K2O; Mg x 1,7= MgO; Fe x 1=Fe).
Normalmente, las dosis se establecen en función de la edad de la plantación, pero es más conveniente calcularlas de acuerdo con el diámetro de copa, ya que el porte del arbolado en relación con la edad puede variar considerablemente según el vigor de la combinación variedad/patrón y las condiciones de cultivo.
Por otro lado, las dosis se han calculado para la densidad del arbolado más típica de cada grupo de variedades (marco de plantación) y para producciones medias, ya que rendimientos bajos o altos originan un crecimiento vegetativo abundante o escaso, respectivamente, que da lugar a un consumo similar de nutrientes. En la figura 24.1 se presentan las curvas de las dosis recomendadas (g/árbol) de N, P2O5, K2O, MgO y Fe para los diferentes grupos de cítricos en función del diámetro de copa de las plantas.
En la tabla 24.3 se exponen las fórmulas matemáticas para el cálculo de estas dosis en función del diámetro de copa, desde el momento de la plantación hasta el máximo desarrollo vegetativo que les permite su marco de plantación (en este momento las copas se tocan).
Dosis anual = Necesidades anuales netas (tabla 24.2) x F1 x F2
En el momento que los árboles alcancen el diámetro máximo de copa que les permite su marco de plantación, se aplicará la dosis máxima (tabla 24.4).
Con posterioridad, ésta se continuará suministrando con independencia de la edad de la plantación. Las dosis por hectárea se han considerado las mismas para cualquier grupo de variedades de cítricos, con diferente porte, debido a que el consumo más bajo en plantas con un menor marco de plantación se ve compensado con un mayor número de plantas por hectárea. En cambio, cuando las dosis se expresan en g/árbol, éstas varían en función del diámetro de copa del arbolado (figura 24.1 y tabla 24.3).
Las dosis recomendadas para el N, P y Fe son superiores en riego por inundación que en goteo, por la mayor eficiencia en la absorción de estos nutrientes en el riego por goteo; en cambio, para el K y Mg, se pueden considerar las mismas dosis en ambos sistemas de riego.
Para la obtención de las dosis de MgO, además del consumo anual y la eficiencia del uso de los fertilizantes, se ha tenido en cuenta que la relación K/Mg (expresados en meq. 100 g/suelo) en el bulbo debe mantenerse en un rango óptimo del 0,16 al 0,35 (Legaz, 1997).
Para no afectar este equilibrio catiónico del suelo se ha considerado que ambos fertilizantes deberían aplicarse en una relación, expresada en meq, aproximadamente igual al límite superior del rango (0,35).
La mayor parte de los suelos contienen cantidades considerables de Fe suficientes para atender las necesidades de los cultivos durante muchos años. Sin embargo, los estados deficitarios de Fe en los cítricos son, en la mayor parte de los casos, inducidos por las condiciones del suelo que favorecen la transición de los iones de Fe solubles a compuestos que no pueden ser absorbidos por la raíz.
Optimización de la dosis anual estándar Para realizar una buena planificación de la fertilización con el fin de corregir, por exceso o defecto, las cantidades indicadas, es conveniente disponer del análisis foliar, a fin de conocer el estado nutritivo de la plantación, del análisis de suelo, para evaluar la riqueza en elementos asimilables y aquellas características que pueden ser desfavorables o limitantes para el desarrollo del cultivo.
También es muy adecuado disponer del análisis del agua de riego, con objeto de conocer el contenido en elementos nutritivos, así como la presencia de iones tóxicos para la planta. En la obtención de las dosis expuestas en la figura 24.1 se ha considerado que los niveles foliares son óptimos y la concentración de nitrato y magnesio en el agua de riego es inferior a 50 y 10 mg/l, respectivamente. Las correcciones para optimizar la dosis anual estándar de N, P2O5, K2O y MgO se exponen en los apartados siguientes.
Corrección por el análisis foliar
El análisis foliar es el procedimiento más adecuado para diagnosticar el estado nutritivo del arbolado, ya que informa sobre la absorción real de los nutrientes por la planta, muestra la presencia de estados carenciales o excesivos y sugiere la aparición de antagonismos entre nutrientes.
La tabla 24.5 muestra los valores foliares de referencia de diferentes estados nutritivos de varias especies de cítricos (Legaz y Primo-Millo, 1988; Legaz et al., 1995) y, además, permite evaluar las reservas disponibles en elementos móviles. Por tanto, las dosis expuestas en la figura 4.1 y las tablas 24.3 y 24.4 se corregirán multiplicándolas por los factores asignados a cada nivel foliar (tabla 24.6).
Corrección de las dosis de nitrógeno según el contenido en NO–3 en el agua de riego En la tabla 3.1 se facilita un cuadro con la cantidad de nitrógeno aportado por el agua de riego en función de su contenido en nitratos y del caudal empleado. Para un volumen de 5.000 m3/ha y un factor de eficiencia en la utilización del nitrógeno del agua de 0,6, en la tabla 24.7 se indican las aportaciones de nitrógeno por el agua en riego a goteo.
Estas aportaciones se restarán de la dosis de nitrógeno a aplicar al cultivo. Corrección de las dosis de magnesio según el contenido en MgO en el agua de riego Cuando el contenido en magnesio del agua sea superior a 10 mg/l, a las cantidades de Mg recomendadas, se restará el Mg suministrado por el agua (tabla 24.8).
Como ya se ha indicado, cuando los valores de Mg sean muy elevados, habrá que realizar aportes de K para contrarrestar el efecto antagónico existente entre estos dos elementos. Distribución estacional de la dosis estándar y la optimizada (épocas y momentos de aplicación).
La disposición de curvas de absorción estacional de nutrientes es un aspecto básico para establecer las épocas de abonado de los cítricos; sin embargo, existe escasa información al respecto. Primo-Millo y Legaz mediante el uso de los isótopos estables del N, han obtenido las curvas de absorción del N a lo largo del ciclo vegetativo en plantas jóvenes sin fructificación y en plantas adultas con fruto.
Con los resultados obtenidos en estos estudios y, considerando la dinámica de los nutrientes en la planta y el suelo, se ha establecido la distribución estacional de las dosis de N, P2O5, K2O, MgO y Fe para riego a goteo para plantones y plantas adultas con diferente época de maduración (tablas 24.9 a 24.11).
La distribución en riego por inundación fue establecida por Legaz y Primo-Millo (1988). Forma en que se aportan los elementos nutritivos.
En suelos calizos, el nitrógeno se aportará en forma amoniacal durante la primavera y nítrico-amoniacal o nítrica durante el verano y otoño.
El fósforo se aplicará en riego por inundación a través de abonos complejos, ternarios o binarios (fosfato diamónico) y en riego por goteo igualmente a través de abonos complejos solubles ternarios o binarios (fosfato monoamónico) o fertilizantes simples fosfatados (ácido fosfórico).
El potasio se suministrará en riego por inundación a través de abonos complejos, ternarios o binarios, o fertilizantes simples potásicos (sulfato potásico), y en riego por goteo, igualmente a través de abonos complejos solubles ternarios o binarios (NK) o fertilizantes simples potásicos (solución potásica).
El hierro se aportará en forma de quelato por vía suelo.
El zinc, manganeso, boro, cobre y molibdeno serán aportados por vía foliar o, preferentemente, vía suelo para el zinc y el manganeso, en el caso de que se disponga de la forma quelatada. En suelos ácidos, el nitrógeno se suministrará con las mismas formas que en suelos calizos, pero con el catión Ca++ incorporado.
El fósforo se aportará como superfosfato de cal en inundación y como fosfato monoamónico en goteo. Para aportar el potasio y magnesio se utilizarán las mismas fuentes que en los calizos.
El hierro, zinc, y manganeso pueden aportarse como sulfato o nitrato preferentemente por vía suelo. El resto de micronutrientes se suministrarán como en los suelos calizos.
CONSEJOS PRÁCTICOS DE ABONADO
En la tabla 24.12 se expone el resultado de un análisis foliar de un naranjo adulto con un diámetro de copa de 4 m (12 años) y la optimización de la dosis anual estándar en función de los factores de corrección (tabla 24.6) en riego a goteo. FERTICIT: Un sistema de ayuda a la decisión en la programación de fertirriego en cítricos, desarrollado en el IVIA.
En la siguiente dirección: http://www.ivia.es/deps/otri/SW_OTRI.htm, se presenta un programa que permite calcular las dosis de abono y cuando aplicarlas. El sistema permite ajustar las necesidades específicamente a cada plantación teniendo en cuenta factores como edad, marco, tamaño o método de riego, y si los hubiese, los valores analíticos de suelo, agua y hojas. Para ampliar la información de aspectos citados en relación con la fertilización de los cítricos se puede consultar la bibliografía siguiente: Legaz y Primo-Millo (1988), Legaz et al. (1995), Quiñones et al. (2005), Quiñones et al. (2007) y Legaz et al. (2008).
Distinguir un naranjo un mandarino un limon y un pomelo por sus hojas
Hay grandes libro de agricultura, pero a mi uno de los que siempre mas me ha gustado ha sido este, por su trabajo, por lo que admiro al autor y por la practicidad de su uso podeis enoontrarlo en www.ivia.es/otri/pdf/libros/citricos_Web.pdf
En el reconocimiento de las especies se deberán observar las características de las hojas que ya hayan adquirido el tamaño adulto.
NARANJO
Hojas lanceoladas, anchas, grandes y coriáceas. Márgenes nor malmente enteros. Base ligeramente redondeada y ápice agudo. Peciolo corto, articulado con el limbo y generalmente sin alas o muy rudimentarias (Foto 1)
Foto 1. Hoja de Naranjo dulce.
MANDARINO CLEMENTINO
Hojas lanceoladas, largas, relativamente estrechas y no coriá- ceas. Ápice agudo. Base del limbo ligeramente redondeado. Pe- ciolo corto y sin alar, articulado con el limbo (Foto 2).
Foto 2. Hoja de Mandarino clementino.
MANDARINO SATSUMA
Hojas lanceoladas con la base y ápice del limbo agudo. Coriá- ceas, con el nervio central y secundarios muy acusados por el haz y por el envés. Peciolo largo y poco alado, articulado con el limbo. Estrujadas desprenden un olor característico (Foto 3).
Foto 3. Hoja de Mandarino satsuma.
POMELO
Hojas lanceoladas muy grandes, coriáceas con el margen ligeramente aserrado. Base redondeada. Peciolo largo y articulado, con alas grandes que se solapan con la base del limbo (Foto 4).
Foto 4. Hoja de Pomelo.
LIMONERO
Hojas lanceoladas, grandes y anchas, con el margen aserrado y el ápice agudo. Limbo grueso coriáceo, con los nervios acusa- dos por el haz y el envés. Peciolo corto, redondeado y sin alar, claramente articulado con el limbo. Al estrujarlas desprenden olor a limón. Brotaciones de color morado (Foto 5).
Este insecto, junto a Cryptoblabes gnidiella, incluidos en el grupo de «polillas de las flores» por los daños que causan en las mismas, provocan distintos tipos de lesiones en los cítricos.
El Prays citri tiene tres generaciones, e incluso más, si las condiciones climáticas son buenas. Ataca a todas las variedades de cítricos, especialmente al limonero, por su floración más escalonada.
La primera generación de larvas, roe los pétalos y ovarios de las flores, impidiendo la formación del fruto. La segunda ataca a los «frutitos» en la zona del pedúnculo, provocando su caída. La tercera aparece cuando los frutos son ya de mayor tamaño, y producen en ellos ligeras hendiduras alrededor del cáliz del fruto, que posteriormente se «acorcha» dejando una mancha cuya importancia reside en la intensidad del ataque.
Estas manchas, una vez recolectado el fruto, nunca van a más, y su efecto sobre los frutos es la depreciación de los mismos, sin influir para nada ni en la calidad interna, ni en la conservación ni en la vida comercial de los mismos.
Las larvas de Cryptoblabes gnidiella, roen la piel del fruto y pueden penetrar hasta la pulpa. Estos daños, aparecen en zonas de contacto entre frutos o entre hojas y frutos. Las larvas son ligeramente superiores en tamaño a las de Prays, y sus daños son de escasa importancia.
Mosca de la fruta del mediterraneo en citricos ceratitis capitata
Es en la actualidad, una de las plagas más importante por los daños económicos que causa, no solo sobre cítricos, ya que comienza a producir daños sobre la fruta de verano, para después, cuando los cítricos comienzan a cambiar de color, continuar produciéndolos en ellos. El ataque se produce en el campo y cuando la mosca pica los frutos, deposita debajo de la superficie de la piel de 25 a 30 huevos en cada puesta. Normalmente la mosca no hace una sola puesta en un fruto sino dos o tres.
Los huevos más tarde se convierten en larvas que se alimentan de la pulpa del fruto y ya adultos salen al exterior, perforando el fruto se dejan caer al suelo, para convertirse en pupas. De las pupas al poco tiempo, salen nuevos adultos y se completa el ciclo. Estas larvas son de movimiento lento, pero al tocarlas se doblan y dan saltos, pudiendo verse, cuando hay problemas de mosca, en las mesas de empaquetado.
Todos los frutos atacados por la mosca mediterránea son DESTRÍO automático, por lo cual hay que saber como distinguirlos.
Si los frutos han comenzado a cambiar de color, que es cuando la mosca comienza sus ataques, se puede ver un punto negro con un halo alrededor de dicho punto de color más claro que el resto del fruto, distinguiéndose con facilidad.
Si los frutos están maduros puede verse, no sin dificultad, el orificio de la puesta, ya que en todos los casos hay unos puntos negros que marcan el lugar de la puesta.
Cuando las larvas han abandonado el fruto, alrededor del orificio de salida puede verse una mancha de un color diferente al resto, como si fuese una mancha de aceite en un papel y por simple presión, se observa la salida, a través de los orificios, de zumo del fruto.
Es necesario, extremar las precauciones para evitar que pasen al encajado o a mallas frutos atacados por mosca mediterránea.
Recomendaciones que debe seguir el agricultor para conseguir la máxima eficacia en el tratamiento contra la mosca de las frutas.
1.- VIGILA tus campos de frutales y cítricos e inicia los tratamientos en el momento oportuno, que coincide por lo general, con el inicio del cambio de color de los frutos.
2.- REALIZA los tratamientos con la frecuencia necesaria (cada 7-10 días) en aquellas plantaciones que, por sus características de clima y/o variedad, sean susceptibles de sufrir daños graves como consecuencia de ataques de la mosca.
3.- COLOCA trampas para captura masiva de ceratitis. Su uso es compatible con la actuación de suelta de machos estériles. Se recomienda colocar 50 trampas/Ha, en la cara sur del árbol, a una altura de 1,5 a 2 metros.
4.- PROTEGE los frutales y variedades extratempranas de cítricos hasta el final de la recolección, siempre que los niveles de la plaga lo aconsejen.
5.- RESPETA el periodo de tiempo que debe transcurrir entre la última aplicación del insecticida y la recolección. Dicho plazo de seguridad viene especificado en la etiqueta del producto fitosanitario.
6.- PROTEGE los frutales aislados para evitar que se conviertan en focos de multiplicación de la Ceratitis, especialmente en el caso de las higueras.
7.- RECOGE y destruye los frutos caídos.
8.- ELIMINA la fruta no recolectada de plantaciones regulares y árboles diseminados.
9.- PON EN CONOCIMIENTO de los Consejos Locales Agrarios y/o Ayuntamientos los vertederos incontrolados de frutas, para que puedan ser tratados adecuadamente.
10.- TEN EN CUENTA que los tratamientos terrestres y aéreos colectivos y la suelta de machos estériles que realiza la Conselleria de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua sirven para reducir las poblaciones de moscas en zonas amplias. Estas actuaciones colectivas, junto con las medidas adoptadas individualmente siguiendo las pautas indicadas en los puntos anteriores, disminuyen la incidencia de la plaga.
La campaña contra la mosca de las frutas en cítricos se inicia con la protección de las variedades más precoces.
Englobados en este término genérico se encuentran gran número de COCCIDOS que afectan a los cítricos, entre los más importantes están:
Serpeta gruesa (Lepidosaphes beckii)
Serpeta fina (Lepidosaphes gloverii)
Piojo gris (Parlatoria pergandei)
Piojo negro (Parlatoria ziziphi)
Piojo rojo (Chrysomphalus dictiospermi)
Piojo blanco (Aspidiotus nerii)
Piojo San José (Quadraspidiotus perniciosus)
Más importante que la biología de estos cocidos, es ver los daños que causan a los frutos.
En todos los frutos donde ha habido un ataque de este tipo de insectos, perdura durante su conservación y su vida comercial la «marca» o «marcas» ocasionadas por los mismos, y en función de la cantidad de marcas los frutos pueden ser destrío.
Además, todos los frutos, con restos sobre la corteza de estos tipos de insectos, son DESTRÍO automático debido a las normas de Comercio Exterior e Interior.