Calidad en Cereza

Calidad en Cereza

La calidad en Cereza no mejora después de la recolección por lo cual deben ser cosechadas en la madurez de cosecha óptima que se determina de acuerdo a la combinación de factores de calidad como tamaño, color, sólidos solubles y firmeza (Patten et al., 1983).

El color de la piel es un buen indicador de la susceptibilidad del fruto al daño durante la cosecha. Se ha demostrado que las cerezas de color caoba (maduras) son menos susceptibles a daño por impacto que las cerezas de colores rojos más claros (inmaduras). Las células de un fruto maduro son más resistentes a la ruptura, a diferencia de los estados más inmaduros, donde la pared celular es más débil por un rápido crecimiento celular y estar predispuesta a fractura celular por impacto, lo que resulta en una alta incidencia de pitting superficial (Lidster y Tung, 1979).

Uno de los principales daños producidos son el pitting y bruising, los cuales tienen su origen en cosecha y postcosecha expresándose después de 4 a 10 días de almacenaje en frío. La diferencia entre pitting y bruising se basa en el tamaño e intensidad del daño. Estos daños limitan el período de conservación en cerezas induciendo un rápido deterioro del fruto, ablandamiento y pudrición. Existen daños mecánicos de dos tipos, por compresión y por impacto; el primero es el resultado de aplicar gradualmente una fuerza física o presión sobre el fruto (Patten y Patterson et al., 1985a).

Este tipo de daño se puede producir por: presión por los dedos del recolector, el peso de las cerezas en un balde o caja cosechera y el rodillo en un calibrador

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