EL VIRUS DEL MOSAICO DEL TOMATE Tomato mosaic virus ToMV
Información elaborada por:
Ana Mª Aguado Martínez(1), Sonsoles Férnandez-Cavada Labat(1), Miguel Cambra Álvarez(1), Fernando Escriu Paradell(2), Mª Sol Luis Artiaga(2)Fotografías: Ana Mª Aguado Martínez(1)
(1) Centro de Sanidad y Certicación Vegetal.
(2) Unidad de Sanidad Vegetal. CITA.
CENTRO DE SANIDAD Y CERTIFICACIÓN VEGETAL
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Tel. 976 716 377 – 976 716 380
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Ante síntomas sospechosos de la enfermedad debe contactar con el Centro de Sanidad
y Certificación Vegetal para confirmar el diagnóstico.
El virus del mosaico del tomate (Tomato mosaic virus = ToMV) pertenece al género Tobamovirus.
Está distribuido por todo el mundo y causa daños en cultivos de tomate, tanto protegidos como al aire libre. También afecta a otras especies cultivadas de la familia Solanaceae (pimiento, tabaco, berenjena, pepino dulce), y a especies pertenecientes a familias como Aizoaceae, Amaranthaceae, Chenopodiaceae, Rosaceae, etc.
El ToMV, fue considerado durante mucho tiempo como una cepa del virus del mosaico del tabaco (TMV), pero desde 1976 está descrito como un virus distinto de este, pudiendo ser diferenciado por la gama de especies indicadoras, afinidades serológicas y secuencia del genoma viral.
SÍNTOMAS
En tomate, el síntoma más característico consiste en alteraciones de la forma y color de los foliolos, alternándose áreas cloróticas con otras de color verde normal y verde oscuro (mosaicos), los foliolos se deforman apareciendo rizados, abarquillados o con aspecto filiforme.
En infecciones precoces se reduce el crecimiento de la planta, el tamaño y el número de frutos con la consiguiente repercusión negativa en el rendimiento, también puede observarse la caída de flores.
Frecuentemente los frutos reducen su tamaño y muestran manchas decoloradas amarillas, irregulares o en forma de anillo, otras veces se presentan alteraciones necróticas externas e internas. Cuanto más precoz es la infección, mayor es la repercusión en la producción.
La intensidad de los síntomas puede variar dependiendo de diversos factores, entre ellos: la cepa del virus, el cultivar de tomate, la intensidad de la luz, la temperatura, la edad de la planta en el momento de la infección, el contenido de nitrógeno en el suelo, etc.
La forma de transmisión de este virus es esencialmente por contacto. El contacto de una planta enferma con una planta sana, provocado por el viento o a través de las manos de los operarios, de su ropa o de herramientas de trabajo contaminadas, es suciente para transmitirlo.
Además el virus es transmitido por la semilla del tomate, estando localizado en las envueltas de la semilla y, en menor proporción, en el endospermo, pero no en el embrión.
El virus puede conservarse en el endospermo hasta 9 años. El origen del virus lo constituyen las plántulas procedentes de semillas contaminadas, el suelo contaminado
con raíces y restos de plantas enfermas y los restos vegetales de plantas enfermas. No se conocen vectores naturales del virus.
MÉTODOS DE CONTROL
No existe ningún método de lucha curativo que permita controlar de forma eficaz la enfermedad producida por este virus dura
nte el cultivo. De manera general, una planta infectada permanecerá así toda su vida. Entre los posibles métodos indirectos aplicables a la lucha contra ToMV se pueden citar los siguientes:
1. Utilización de semilla libre de virus: Las semillas pueden ser portadoras del virus en tasas elevadas.
Se han utilizado los siguientes tratamientos a la semillas con resultados satisfactorios:
- – Termoterapia de la semilla seca con calor seco a 80ºC durante 24 horas. Elimina el virus de las envueltas de la semilla de forma eficaz (Laterrot y Pecaut, 1967).
- – Inmersión de l
as semilla en una solución de fosfato de sodio al 10% durante 15 minutos y posteriormente en hipoclorito sódico al 0,525% durante 30 minutos (Gooding, 1975). Es necesario lavar con agua abundante después del tratamiento.
2. Medidas prolácticas: Deben aplicarse de manera estricta medidas de higiene y limpieza de las estructuras destinadas a la producción de plántulas. Así como lavar los útiles de trabajo y las manos con una solución de jabón potásico después de tocar cada planta o sumergir las manos en leche desnatada.
3. Desinfección del suelo para evitar contaminaciones originadas a partir de raíces y restos vegetales mediante biofumigación o solarización.
Otras prácticas recomendables que ayudan a minimizar la incidencia y expansión del virus son arrancar las plantas con síntomas de la enfermedad, destruirlas de forma segura y hacer rotaciones de cultivo.
Este virus ha sido uno de los más importantes y graves en el tomate hasta la aparición de variedades resistentes que han reducido su incidencia y lo han dejado circunscrito a las variedades autóctonas en áreas restringidas y para mercado local.
muy buena información. pero necesitaría saber la bibliografia que fue utilizada en la elaboración de este trabajo. y también necesito saber el ciclo de enfermedad.
Gracias por la información, está muy completa.
yo he escuchado que entre las «medidas preventivas» se recomienda el uso de mallas espalderas o también conocidas como mallas tutoras, pues reduce el contacto físico de los trabajadores por planta cuando estos deciden entutorar con rafia o con otro tipo de erramienta, que es donde según a lo que he encontrado en la web, los indices de trasmisión viral se elevan.
encontré esta información muy buena, y me gustaría saber que opinan ustedes.
Gracias y espero su respuesta.
https://www.hortomallas.com/virosis-en-tomate/