Fertilizacion por Riego localizado o Fertirrigacion
Se conoce como fertirrigación, fertigación o nutrigación, la aportación a las plantas de los fertilizantes disueltos en el agua de riego.
Esta técnica se inició, hacia el año 1930, en California (EEUU) y desde allí se extendió por el resto del mundo. En España comenzó hace unos 50 años cuando los agricultores valencianos ponían en las regueras sacos de yute de sulfato amónico para que el agua, al pasar a través de ellos, arrastrara el nitrógeno que el fertilizante contenía. A finales de los sesenta, con la aparición de los abonos líquidos, la fertirrigación se fue extendiendo, despegando, de forma definitiva, con la implantación del riego localizado. En función de los diferentes sistemas podemos distinguir:
- Riego por aspersión. La fertirrigación se limita al aporte de abonos nitrogenados, estando muy extendida en los sistemas de riego por aspersión para el maíz.
- Riego localizado. De forma fácil y cómoda, se aportan todos los nutrientes, principalmente, en cultivos arbóreos en los que este sistema de riego ha ido implantándose de forma muy rápida. Es el que, por su importancia, se va a considerar.
RIEGO LOCALIZADO
En el año 2008 el riego localizado, en España, abarcaba ya más de 1,5 millones de hectáreas. El ahorro de agua, la eficiencia del sistema y la posibilidad de regar con aguas de baja calidad son algunas razones que justifican su expansión. Y además, una fundamental: que permite aplicar, a través del agua, de forma eficiente y con mínimas pérdidas, los nutrientes que la planta precisa. España es el país de la U.E. y del ámbito mediterráneo con mayor superficie fertirrigada.
VENTAJAS QUE APORTA LA FERTIRRIGACIÓN
En riego localizado, las ventajas de la fertirrigación son muy importantes:
- Mayor eficiencia en el empleo de los fertilizantes, ya que se produce un incremento de las cosechas con menores dosis de abono.
- Menores pérdidas de nutrientes por lixiviación y, por tanto, hay una mejora medioambiental.
- Comodidad de aplicación y ahorro de mano de obra, sobre todo si se utilizan abonos líquidos.
- Mejor y más rápida asimilación de los nutrientes, por mantenerse constante la humedad del bulbo.
- Ajuste de las dosis de nutrientes a las necesidades de la planta en cada momento de su ciclo vegetativo.
- Localización de los nutrientes a lo largo de todo el perfil del bulbo explorado por las raíces.
- Perfecta dosificación de los fertilizantes gracias a los equipos que se utilizan.
- Posibilidad de utilizar fertilizantes “a la carta”, especialmente diseñados.
- Actuación inmediata para corregir deficiencias nutricionales.
Para la aplicación correcta de esta técnica el agricultor tiene que tener una adecuada preparación, manejar bien los abonos para evitar obturaciones de los goteros y disponer de una instalación de riego en la que sea uniforme el reparto del agua.
PROCESO DE LA FERTIRRIGACIÓN
Es fundamental decidir en cada momento cual es la solución nutritiva que más se adapta a las necesidades de la planta. Esta solución suele prepararse en el cabezal de riego, dentro de una instalación, que esquemáticamente se presenta en la figura 14.1.
El cabezal de riego consta de distintos elementos.
Por un lado, están los tanques que contienen los fertilizantes, que suelen ser tres y que pueden disponer de un agitador, si se emplean abonos sólidos, para preparar con ellos “soluciones madre”. Por otro, está el equipo de inyección del abono, normalmente bombas eléctricas o hidráulicas. Y a lo largo del circuito se colocan los filtros de arena y de anillas. La instalación puede controlarse de forma automática o manual.
DINÁMICA DE LOS NUTRIENTES
Para manejar bien la fertirrigación es necesario conocer el movimiento de los nutrientes en el bulbo. El nitrógeno como ión nitrato es totalmente móvil y se aplica, generalmente, en forma nítrico- amoniacal, transformándose rápidamente la parte amoniacal en nítrica. Por ello, la aplicación nitrogenada debe hacerse muy fraccionada. El nitrógeno en forma ureica se utiliza menos al ser difícil de controlar su velocidad de transformación, lo que puede ocasionar algún trastorno vegetativo a las plantas. En los cultivos leñosos se suele aplicar el 60% del nitrógeno hasta el cuajado y el 40% restante en el engorde del fruto.
El fósforo, en riego localizado, es 5 a 10 veces más móvil que en el riego tradicional, desplazándose bastante lejos del punto en que se incorpora. La aportación de este nutriente puede hacerse con antelación suficiente al momento de máximas necesidades, que coincide con la floración y el cuajado.
El potasio es menos móvil que el nitrógeno, pero más que el fósforo y su aplicación en los cultivos leñosos debe hacerse también fraccionada en el tiempo, aunque repartida al contrario que el nitrógeno: 40% hasta el cuajado y 60% durante el engorde del fruto.
FERTILIZANTES UTILIZADOS EN FERTIRRIGACIÓN
Cuando se vayan a utilizar fertilizantes en riego localizado hay que tener en cuenta distintos factores, unos relativos al abono y otros referidos a su utilización. Las características básicas que deben reunir los fertilizantes son:
- Solubilidad total en agua de los abonos sólidos.
- Pureza, pues si contienen materias inertes podrían producir obturaciones en los goteros.
- Bajo “índice de sal”, de forma que aumenten lo menos posible la salinidad del agua de riego, que se mide por la Conductividad Eléctrica (CE).