Antracnosis en cerezo

Antracnosis en cerezo o cilindrosporiosis

Mª Teresa García Becedas. Vida Rural

Enfermedad ocasionada por el hongo Blumeriella jaapii (Rehm v. Arx), que en nuestra zona se conoce como antracnosis, aunque en otras se emplea más el término cilindrosporiosis.
Para el periodo 1987-1997 los daños fueron localizados, centrándose en parcelas de humedad relativa alta por su proximidad a cauces de agua (río, gargantas, arroyos, etc.).


El primer ataque generalizado se observó a finales de julio de 1997, y a partir de entonces se ha registrado un notable incremento posiblemente por la introducción de variedades foráneas más sensibles que las autóctonas.
En nuestras condiciones, los principales daños se manifiestan en las hojas y el pedúnculo del fruto. En la hoja se observan numerosas manchas diminutas de aspecto moradorojizo por el haz y pardo por el envés, aunque luego éstas se vuelvan blancuzcas al fructificar (“moco”). Estas manchas no se criban, pero las hojas atacadas amarillean y caen prematuramente, comprometiendo la acumulación de reservas, el crecimiento y vigor del árbol e incrementando la sensibilidad a las heladas. Los frutos cuyos pedúnculos se vieron afectados, suelen mostrar una calidad deficiente: escaso calibre, maduración irregular y sabor insípido. Los síntomas suelen ser visibles en unos cinco días si las temperaturas son muy favorables (16- 19ºC) o después (10-15 días) si éstas son inferiores y la humedad relativa es baja.


Su inóculo pasa el invierno sobre los órganos atacados de campañas anteriores. En primavera, las ascosporas transportadas por el agua y el viento infestan hojas y frutos. La época de contaminaciones abarca los periodos lluviosos desde su formación hasta bastante después de la caída de los pétalos, provocando estas esporas las infecciones primarias. Las infecciones secundarias, producidas por las reinfecciones de las conidias, provocan nuevos daños durante todo el verano, siendo éstos al final del mismo mucho más altos que en primavera.
Su frecuencia de ataque en hoja es alta (85%1) pero en general la severidad es baja, aunque a veces el ataque es considerable (14%2). En fruto, la frecuencia es considerable (35%3), aunque los ataques que se registran suelen ser poco intensos (61%4).

Los riesgos se incrementan en las:
• Primaveras lluviosas5, precedidas de otoños inviernos lluviosos y templados.
• Zonas cálidas próximas a cauces de agua (río, arroyos, gargantas, etc.).
• Parcelas con alta densidad de plantación y poco aireadas.
• Variedades sensibles como Lapins, Sunburst, Burlat, Van, 4-70, Navalinda, Ambrunés, etc.
• Cerezos en formación, porque las hojas jóvenes son más receptivas.
• Parcelas de regadío cuando no se controlan bien las infecciones primarias.

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