Daños de congelacion en citricos (Freeze injury)

Los frutos cítricos, se hielan en función de dos factores: la temperatura y el tiempo al que el fruto está sometido a esas temperaturas.

Daños por congelacion en cítricosEn general temperaturas por debajo de -1ºC hasta -4ºC, si permanecen durante varias horas, producen daños a los frutos, aunque no sean visibles inmediatamente.

Daños por congelacion en cítricosLas temperaturas a las que los cítricos se hielan dependen de la variedad, del grado de madurez y de las condiciones meteorológicas antes de la helada. La resistencia de los cítricos a heladas es como indicamos:

Naranjas > Pomelos e Híbridos > Mandarinas y Limones

La consecuencia final de una helada es que la pulpa se seca, pero para detectar si un fruto está helado, al poco tiempo de producirse las bajas temperaturas, se cortan los casquetes superior e inferior y, meridionalmente, el resto del fruto y se abre, como si fuese un libro, si las membranas de separación de los frutos, están húmedas el fruto se ha helado, y sobre la membrana del fruto pueden verse unos cristalitos blancos, de hesperidina, que es un componente del zumo de los cítricos.

Daños por congelacion en cítricosSi se trata de mandarinas, los cristales de hesperidina, se producen además de en las membranas en el interior de la pulpa.

Daños por congelacion en cítricosEn los frutos helados, la corteza es menos sensible que las membranas de los gajos y las vesículas de zumo.

Daños por congelacion en cítricosSi la comprobación de los daños, se realiza varios días después de la helada, debe cortarse el casquete peduncular, de forma que también se corte la punta superior de los gajos y si se observan desviaciones en las membranas de los mismos el fruto está helado y en poco tiempo el gajo se desecará y aparecerán oquedades entre las membranas del fruto.

Si la comprobación se realiza en limones y pomelos, el corte, debe hacerse en la zona ecuatorial del fruto.

Los síntomas en piel, a los pocos días de la helada, se traducen en áreas descoloridas, fácilmente distinguibles en la superficie del fruto, manchas de oleocelosis y escaldado de la corteza. Los daños en la superficie del fruto, no significan que el fruto esté helado, ya que pueden ser debidos a escarcha o a hielo.

Los problemas producidos por una helada, se acentúan con el tiempo, aparecen malos sabores y al final los frutos se secan internamente.

Manchas de agua en citricos

Manchas de agua en citricos.

Están causadas por la absorción de agua externa, por el albedo del fruto. El agua afluye a las células dilatadas y origina roturas en la superficie de la corteza, cerca del ombligo (zona estilar) y del cáliz. La rotura de la corteza, provoca la salida de aceites esenciales, que colapsan, y secan el albedo, dejando una zona de color marrón.

Manchas de agua en cítricosEn la aparición de esta fisiopatía, influyen las heridas recientes, pinchazos, raspaduras, heladas y lesiones por tratamientos químicos en campo.

Por otra parte, los frutos con ombligos prominentes y en avanzado estado de madurez, también favorecen esta alteración. El grupo Navel es sensible a este tipo de fisiopatías y sobre todo la N. Thompson.

 

Alteraciones fisiologicas de los citricos

​Alteraciones fisiologicas de los citricos

Conocidas también como FISIOPATÍAS, tienen su origen, en la dependencia del fruto, de factores pre-recolección y post-recolección, aunque a veces, resulta difícil su clasificación por la interacción entre ellos.

Entre los factores pre-recolección podemos incluir:

  • – climáticos.
  • – nutricionales.
  • – estado de madurez del fruto.

y entre los de post-recolección:

  • – la manipulación en los almacenes.
  • – las condiciones deficientes de estocaje.
  • – los daños producidos por productos químicos.
  • – daños producidos por la temperatura en variedades sensibles.

El control de todos estos factores y sus técnicas, se justifican, por la pérdida de calidad externa de los frutos, que influye directamente en su comercialización.

Debe de quedar claro, que este tipo de alteraciones, no tienen nada que ver con los patógenos que se desarrollan en los frutos, pero sí puede ser la base, en algunos casos, que facilite su asentamiento.

FISIOPATÍAS PRE-RECOLECCIÓN

FISIOPATÍAS DEBIDAS A FACTORES CLIMÁTICOS

  1. Manchas de agua
  2. Daños por helada en campo
  3. Daños producidos por el viento
  4. Daños producidos por granizo
  5. Endoxerosis

FISIOPATÍAS DEBIDAS A FACTORES NUTRICIONALES

  1. Exanthema o amoniacado
  2. Clareta o «Creasing»
  3. Rajado o «Splitting»
  4. Gomosis

FISIOPATÍAS DEBIDAS AL ESTADO DE MADUREZ

  1. Bufado
  2. Granulado o Granulación

FISIOPATÍAS POST-RECOLECCIÓN

  1. Oleocelosis
  2. Necrosis peripeduncular (SERB)
  3. Adustiosis
  • Daños producidos por productos químicos
  1. Daños de campo
  2. Daños de almacén
  • Daños producidos por frío
  1. Picado (Cold pitting) (Chilling injury)
  2. Peteca
  3. Membranosis
  4. Bronceado de la piel
  5. Albedo bronceado

Desinfeccion de los almacenes de frutas y hortalizas

Desinfeccion de los almacenes de frutas y hortalizas

La desinfección, debe plantearse siempre, atendiendo a los factores que la condicionan, entre ellos citaremos:

  • Incidencia del factor económico, en función de las concentraciones adecuadas, de los productos químicos, para el control de los patógenos, que mayores problemas pueden ocasionar en los almacenes.
  • Cantidad de residuos que deja su aplicación.
  • Naturaleza de la superficie a desinfectar.
  • Presencia o ausencia de materia orgánica.
  • Facilidad de aplicación.
  • Minimizar los riesgos de los aplicadores.
  • Efectividad de los productos en relación a nuestras necesidades.

Dos son los problemas más importantes a todos los niveles, que se presentan en cualquier desinfección:

  • Bacterias.
  • Hongos.

Las bacterias, sin alcanzar el nivel de pérdidas económicas, que pueden representar los hongos, tienen una gran importancia, debido a que estamos trabajando con productos que van dirigidos al consumo humano directo y pueden ser vehículo de infección para los consumidores.

CÓMO ACTÚAN LOS DESINFECTANTES

Básicamente:

  • desorganizando la membrana celular de los patógenos
  • desnaturalizando las proteínas esenciales, para el metabolismo y el crecimiento
  • inactivando sistemas enzimáticos específicos, para la respiración celular
  • interrumpiendo, en general, procesos vitales para bacterias y hongos.

DE QUÉ DEPENDE LA ACCIÓN DE UN DESINFECTANTE

En general podemos señalar:

  • – de la rapidez con que actúa el producto
  • – de su capacidad de reacción
  • – de la temperatura
  • – de la concentración del producto
  • – de las propiedades específicas de reacción del producto con los patógenos a controlar

Los puntos de acción de los desinfectantes sobre los microorganismos son:

  • – los grupos «-tiol» a nivel celular, asociados al aminoácido cisteína,
  • – y el grupo amino de las proteínas.

La limpieza y la desinfección son dos procesos complementarios y correlativos, que siempre deben ir asociados.

LIMPIEZA

Consiste en eliminar de los almacenes los restos de frutos y materia orgánica (tierra, hojas, ramitas, etc.) procedentes del trabajo normal y diario de cualquier central hortofrutícola.

Los frutos podridos, nunca debieran «dormir» en ninguna central, debido a la cantidad de esporas que el aire arrastra a su paso, sobre y a través de ellos.

La limpieza puede hacerse desde, con una humilde escoba, hasta las sofisticada máquinas, donde se utiliza agua caliente a presión a la que puede mezclarse cualquier tipo de detergente o detergente fungicida.

Al hablar de limpieza en los almacenes, queremos hablar de:

  • – los almacenes en sí,
  • – envases,
  • – líneas de confección,
  • – cámaras de desverdización, maduración, conservación y estocaje.

DESINFECCIÓN

Se puede considerar la desinfección, como un tratamiento preventivo, pero un tratamiento con connotaciones particulares, ya que ese tipo de aplicaciones de productos químicos, en general, son:

  • – económicas,
  • – fáciles de realizar,
  • – rompen el ciclo biológico de los hongos,
  • – disminuyen de forma drástica el número de esporas y bacterias, que siempre están presentes en almacenes, líneas, envases y cámaras.

Con el objeto de analizar los productos que se utilizan en desinfección, y dada la imposibilidad de hacerlo producto por producto, veremos las ventajas e inconvenientes de los mismos por grupos.

FAMILIAS DE DESINFECTANTES

Álcalis fuertes (sosa caústica)

Ventajas

  • – costo económico bajo
  • – no dejan sabor ni olor
  • – alta efectividad
  • – con agua caliente potencian su acción

Inconvenientes

  • – muy corrosivos
  • – difícil manejo para el aplicador
  • – dependencia de la temperatura y el tiempo
  • – si no se lavan bien, en la superficie sobre la que se haya aplicado deja residuos tóxicos

Ácidos fuertes (ácido nítrico)

Ventajas

  • – coste bajo
  • – no deja sabor ni olor
  • – altísima efectividad

Inconvenientes

  • – excesivamente corrosivo
  • – desprende vapores tóxicos
  • – utilización muy limitada. Está prohibido en: superficies galvanizadas, aceros y estaño
  • – manipulación dificilísima

Amonios cuaternarios

Son productos de uso habitual en los almacenes y centrales. Para su utilización hay que pedir dos especificaciones técnicas, que son las siguientes:

  • – El producto debe hallarse exento en su composición de iones de metales pesados.
  • – La cadena carbonada del producto debe tener entre 10 y 14 carbonos o una mezcla dentro de esos límites.

Ventajas

  • – rebajan la tensión superficial
  • – no son corrosivos
  • – fácil manipulación
  • – no son tóxicos
  • – efectivos
  • – químicamente estables

Inconvenientes

  • – tienden a producir sabores amargos, debido al benzaldehído libre
  • – se inactivan en presencia de sales y jabones
  • – son selectivos en su actuación
  • – iones como Ca, Mg y Fe inactivan el producto
  • – si no se formulan bien, son altamente espumantes y de difícil aclarado

Compuestos que aportan cloro

En toda la abundante gama de cloroforos, el efecto desinfectante, es debido al ácido hipocloroso (HOCl) y dada la facilidad con que se descompone, todos los formulados van buscando mantener a dicho ácido en equilibrio ya que, de lo contrario, se produce lo siguiente:

HOCl ↔ H+ + OCl¯

y el producto pierde su actividad desinfectante, al disociarse.

El pH del agua, para la aplicación de estos productos, como de otros muchos, es fundamental.

Si el pH de la disolución se halla alrededor de 10, la disociación del ácido es total y a pH= 4 la disociación es nula. Sin embargo, a este nivel de pH las disoluciones son totalmente inestables, formando cloro gas, perdiendo en gran parte su acción desinfectante y causando problemas ambientales y en los equipos.

Ventajas

  • – son económicos
  • – son altamente eficaces, para la oxidación de la materia orgánica
  • – amplio espectro de acción
  • – actúan rápidamente

Inconvenientes

  • – corrosivos frente a diversos materiales
  • – pueden producir olores y sabores desagradables
  • – es necesaria una manipulación cuidadosa, tanto de las lejías alcalinas como del cloro gas ya que causan irritación en la piel y las mucosas
  • – inestables al almacenado
  • – las lejías de hipoclorito dan lugar a formaciones de carbonatos, con aguas duras.

Compuestos que aportan yodo

El yodo es por sí mismo un desinfectante, pero debido a:

  • – su toxicidad
  • – corrosión de metales
  • – irritación de piel y mucosas
  • – baja solubilidad
  • – manchar las superficies que toca

se aplica muy poco, casi únicamente para usos clínicos.

En la actualidad, los iodoforos no se utilizan, pero sí algunas disoluciones del mismo, a concentraciones diferentes, en función de su empleo.

Ventajas

  • – acción bactericida rápida
  • – no tienen resistencias
  • – toxicidad baja
  • – no les afecta la presencia de materia orgánica
  • – no se altera su efectividad por el pH del agua
  • – conservan su color, mientras son activos y en disoluciones cuya concentración se encuentre entre 6-8 ppm se vuelven incoloros.

Inconvenientes

  • – temperaturas superiores a 40ºC provocan la emisión de yodo gas
  • – amarillean los plásticos y manchan el algodón de los tejidos
  • – deben manipularse con guantes

Compuestos fenólicos

Son sustancias conocidas desde hace tiempo, por su elevada actividad microbiana y utilizadas fundamentalmente en nuestros almacenes, como: FORMOL, ORTOFENIL FENOL (OPP) y ORTOFENIL FENATO SÓDICO (SOPP).

La principal vía por la cual estos productos matan los microorganismos, es probablemente la coagulación de las proteínas o de su protoplasma.

Sin embargo, estos productos destruyen las células microbianas por métodos varios y uno de todos estos mecanismos puede ser el responsable de la muerte de las mismas:

  • – aumentan la concentración del ión hidrógeno alrededor de las células de los patógenos, creando unas condiciones desfavorables para el desarrollo de los hongos
  • – provocan la disrupción de las membranas celulares y la posición de los enzimas
  • – pueden bloquear dichos enzimas, interrumpiendo el metabolismo de las células

A) Formol

Es un producto hasta hace poco tiempo, muy utilizado como líquido o como gas y su efectividad como desinfectante es muy buena.

Cada día se utiliza menos, debido a que produce irritación de mucosas y lacrimales y a las restricciones para su registro.

B) Ortofenilfenato sódico (SOPP)

Es un producto, que se sigue utilizando en balsas y cortinas de espuma a diferentes dosis, no como se utilizó hace unos años, ya que la supresión de las balsas de la mayoría de los almacenes ha hecho que prácticamente no se utilice.

El inconveniente más importante para su utilización, fue la necesidad de trabajar con pH altos (entre 11-12) para eliminar la posible fitotoxicidad de la descomposición del producto en contacto con el agua y la materia orgánica.

C) Ortofenilfenol (OPP)

Es un producto antiguo, pero muy eficaz contra bacterias y hongos.

El nuevo sistema de aplicación del producto como FUMÍGENO, sin utilizar el agua y sí el aire como vía de difusión, ha hecho de esta materia activa, el mejor desinfectante de bacterias y hongos de los que se pueden aplicar actualmente, con una eficacia altísima y a dosis de aplicación mínimas.

Bacterias como Aeromonas, Bacillus, Enterobacter, Escherichia coli, Stafilococcus, etc. son controladas por este compuesto a dosis inhibitorias entre 100 y 200 ppm. En el caso de Pseudomonas debe aplicarse entre 1000 y 1500 ppm.

Los hongos del tipo Alternaria, Aspergillus, Cladosporium, Penicillium, Rhizopus, Trichoderma, etc. inhiben su crecimiento a dosis entre 100 y 200 ppm de materia activa.

La aplicación de ortofenilfenol como líquido, a los suelos de cámaras y almacenes y la desinfección de las partes aéreas con fumígenos de la misma materia activa, devuelven el producto a los niveles más altos de efectividad para una desinfección.

La limpieza y la desinfección, deben convertirse en la práctica habitual en todos los almacenes y lugares donde se conserven o almacenen frutas u hortalizas.

Desinfeccion de almacenes, camaras y envases

Desinfeccion de almacenes, camaras y envases

DESINFECCIÓN DE ALMACENES

Entre los trabajos que deben considerarse como primordiales, tanto en almacenes de cítricos como de conservas y vegetales y cámaras de mantenimiento o conservación, señalaremos:

  • limpieza de las distintas áreas a desinfectar
  • desinfección propiamente dicha

La limpieza de las grandes áreas (suelos y paredes) se puede realizar, con agua a presión, a la que se adiciona algún detergente alcalino y posteriormente se aclara con agua, a la que puede añadirse glutaraldehído al 1% y amonios cuaternarios al 1%.

Para el mantenimiento posterior, dirigido principalmente a suelos, se puede utilizar ortofenilfenato sódico al 10% de producto comercial en agua, dado el amplio espectro de control que este producto ejerce sobre los patógenos, que más incidencia tienen en los frutos y vegetales.

La limpieza, ha de estar dirigida a los distintos elementos de las líneas de manipulación y confección por las que se mueve la fruta, llegando a todas las partes de las mismas, si queremos poder tener, unas condiciones mínimas de sanidad.

Como complementos a las limpiezas y dirigidos, sobre todo a almacenes y cámaras, hay que realizar las correspondientes desinfecciones.

Estas desinfecciones son tratamientos altamente positivos, como veremos más adelante.

Las desinfecciones pueden hacerse de dos formas:

  • por vía húmeda
  • por vía seca

Las desinfecciones por vía húmeda, son aquellas en que el vehículo del producto desinfectante es el agua.

Es muy importante en este tipo de aplicaciones, conocer el pH del agua a utilizar, ya que pH elevados, pueden provocar la degradación de los productos fungicidas y convertirse dichos productos, en sustancias inocuas, sin ningún efecto, como ocurre con el benomilo a pH superior a ocho.

La temperatura y la presión del agua a utilizar, tienen asimismo, una influencia decisiva en la efectividad.

En los últimos años, las aguas residuales de este u otros tratamientos han sido motivo de inspecciones de Sanidad, debido a que no pueden verterse dichas aguas, a los desagües normales de los almacenes y centrales, deben ir a depuradoras o a tanques para su posterior depuración.

El agua por otra parte y sobre todo, fungicidas que lleve en suspensión o disolución, no llegan a todas las partes de los recintos a desinfectar, ni puede aplicarse a todos los elementos que hay en dichos recintos.

Las desinfecciones por vía seca son aquellas en las que el vehículo de los fungicidas es el aire.

El aire, juega un importante papel, ya que llega a todas las partes a desinfectar, en contacto con el exterior, únicamente hay que suministrar al aire, la cantidad de materia activa de fungicida capaz de controlar los patógenos.

Este tipo de desinfecciones no necesita de ninguna máquina para su aplicación, el tiempo para realizar el trabajo es mínimo, no nos produce nunca aguas residuales, es sencillísima su aplicación, puede realizarse en cualquier momento, no hay riesgos de ningún tipo para la persona que lo aplica y son más efectivos que los tratamientos realizados por vía húmeda.

Estas desinfecciones por vía seca se hacen mediante los fumígenos fungicidas. Hay fumígenos a base de:

  • ortofenifenol para aplicar a almacenes y cámaras que no contengan frutas o verduras
  • imazalil y/o metiltiofanato para hacer aplicaciones con fruta y verdura en los recintos

Estos tipos de fumígenos están debidamente patentados y registrados.

DESINFECCIÓN DE CÁMARAS DE DESVERDIZADO, CONSERVACIÓN Y PREENFRIADO

Las cámaras, en general, son uno de los puntos más delicados de los almacenes. Las de desverdizado, porque estamos aportando calor y humedad al fruto principalmente, las de conservación porque no sabemos, casi nunca, el tiempo que la fruta va a estar en el interior y las de pre enfriado, porque es el último punto del almacén, donde se acumulan, una vez confeccionados, antes de su expedición a mercado.

¿Que hacer con las cámaras?

  • Deben de estar limpias, «barridas», con una humilde escoba o con una máquina de limpieza de suelos, no deben tener, ni restos de tierra, ni frutos podridos, ni chafados o rotos por las carretillas, ni maderas perdidas, ni insectos ni otros animales. Cuando la cámara este limpia podemos pasar a la fase siguiente.
  • Desinfección, que puede realizarse con varios productos, debido a que hablamos de cámaras sin fruta.
  • La desinfección debe ser general, paredes, suelos, techos (si es posible).
  • Se pueden utilizar desinfectantes tipo amonios cuaternarios, formol, etc. o mezclas entre ellos y ortofenil-fenol.
  • Se debe procurar, que el agua utilizada para mantener la humedad de la cámara, sea, si es posible, descalcificada y que estando dentro de los límites legales de cloro residual libre (0.2 – 0.8 ppm), optar por las cantidades más próximas a 0.2 ppm ya que el cloro «libre», es un gran oxidante y en poco tiempo puede producir daños irreversibles, en las partes metálicas de los evaporadores y resto de equipos.

¿Cual sería nuestra opción para hacer una buena desinfección?

  • Lavado de las paredes y suelo con agua a presión y un detergente neutro.
  • Aplicar un fumígeno a base de ortofenil-fenol y pulverizar con una mochila el suelo, con la misma materia activa, pero líquida.

¿Porque utilizar fumígenos?

  • Porque con ellos se llega a todas las partes de la cámara con facilidad, paredes, techos, equipos de desverdizado, equipos de frío; y al suelo ortofenil-fenol líquido porque es el mejor fungicida y bactericida autorizado en el mercado. (Recordamos que hablamos de cámaras sin fruta)

¿Porque no amonios cuaternarios, formol, etc…?

  • Los amonios cuaternarios, generan Benzaldehido libre, se inactivan en presencia de sales, jabones y determinados iones.
  • El formol, se está reduciendo su uso, debido a la dificultad de aplicación, al provocar irritación en las mucosas nasales, bucales y lacrimales, no solo en los que la manipulan, sino también en el resto del personal.

DESINFECCIÓN DE ENVASES

Los envases destinados a conservar fruta, es necesario que se laven y desinfecten, como mínimo cada año, antes de almacenarlos después de cada campaña.

El lavado y desinfección, se puede realizar mediante agua caliente a presión, a la que se añade sosa cáustica y posteriormente, en la misma máquina se limpian con agua clara y si es posible se secan.

La desinfección de envases, se puede realizar en varios puntos:

  • En el drencher, si lo hay a la entrada de la fruta en el almacén.
  • En la zona de volcado, mediante duchas añadiendo al agua un desinfectante.
  • En las cámaras o zonas de stock, mediante la aplicación de fumígenos desinfectantes y/o fungicidas.
  • En cualquier zona adecuada, con pistolas de presión.

La recoleccion y el transporte de los citricos

La recoleccion y el transporte de los citricos

A partir del momento de la recolección, los frutos, son separados de su medio natural, para pasar, hasta su consumo, por circunstancias adversas, que van a influir de forma crítica, en la calidad final de los mismos.

El momento más decisivo para los frutos, es precisamente la recolección y actualmente, por la forma en que se hace, el mayor peligro físico para ellos.

Es necesario reflexionar, sobre los frutos que llegan al almacén, ya que todos, cuestan lo mismo y por desgracia, un porcentaje elevado, cuando pasan por las mesas de selección, se convierten en destrío.

La recolección puede realizarse:

– Demasiado precoz

    • Menor cantidad de cosecha: ya que los frutos, en su última fase, hasta la maduración, continúan aumentando su calibre y peso, y cuanto más temprana sea la recolección más bajos serán ambos.
    • Desarrollo deficiente de la calidad: cuanto más precoz sea la recolección, menor será el contenido en azúcares y por consiguiente el índice de madurez, la consistencia del fruto es más elevada y el desarrollo de los aromas propios, con inexistentes.
    • Presencia de alteraciones fisiológicas: la recolección precoz, favorece la aparición de determinadas fisiopatías en los frutos.
    • Mayor pérdida de peso: durante el proceso de conservación frigorífica, desverdizado o stock, la pérdida de peso, por deshidratación, es un factor importante de calidad y en los frutos recolectados precozmente, la incidencia de este factor se acentúa siempre.
    • Mayor resistencia a las podredumbres: a mayor consistencia de la corteza, mayor dureza de la pulpa, mayor acidez y menor contenido de azúcares, corresponde una mayor resistencia a los ataques de hongos. Por otra parte, los frutos verdes tienen sus propios mecanismos de resistencia a los hongos.
    • La existencia de compuestos fenólicos y tánicos, que desactivan los enzimas hidrolíticos del parásito, impidiendo la germinación y crecimiento de los mismos.
    • La falta de sustrato alimenticio (los carbohidratos no se han transformado en azúcares).
    • Los enzimas del hongo no pueden degradar la propectina.
    • La producción de fitoalexinas, después de una infección, provoca la resistencia a la enfermedad.
    • La capacidad del fruto de producir lignina, como reacción del mismo a las pequeñas lesiones, en condiciones de humedad alta.

Todo ello, nos conduce a realizar una recolección, aprovechando las ventajas de los frutos verdes, minimizando sus inconvenientes.

– Demasiado tardía

    • Menor capacidad de conservación: como consecuencia del estado de madurez del fruto, hay una mayor susceptibilidad a los ataques de hongos, hay mayor sensibilidad al frío y al contenido de CO2 de la atmósfera de las cámaras.
    • Posible caída de frutos: conforme va madurando el fruto, es más fácil que se desprenda del árbol, con la consiguiente pérdida de cosecha.
    • Acción sobre la calidad: en principio mejora, el color, los azúcares y el aroma y se debilitan la dureza, el contenido en ácidos y la resistencia de la corteza, a los agentes atmosféricos.
    • Se dificulta la manipulación: los frutos, al estar más débiles, tienen menos resistencia mecánica a la manipulación, con lo cual se reduce su valor comercial.

– En el período adecuado y con madurez suficiente.

Hay que recordar, que los daños producidos a los frutos durante la recolección y el transporte a los almacenes, son el origen, de la mayor parte de los podridos, que pueden verse a diario en los almacenes, ya que dichos podridos tienen su origen, en las heridas producidas en la corteza de los cítricos, durante las operaciones mencionadas, aproximadamente el 80%.

Para realizar una recolección adecuada de los frutos, hay que tener en cuenta: Que los frutos no estén, ni mojados ni húmedos.

  1. Alicatarlos
  2. Evitar producir heridas.
  3. No recolectar frutos podridos o del suelo
  4. No recolectar frutos con signos evidentes de ataques de insectos
  5. No recolectar frutos demasiado pequeños
  6. Cuidar el transporte hasta el almacén
  7. El índice de madurez
  8. El porcentaje de zumo
  9. El índice de color

Los frutos no deben estar mojados ni húmedos

Los frutos, después de lluvias o cuando tienen rocío, no deben recolectarse hasta que el sol y el aire eliminen el agua de la corteza, ya que sobre frutos mojados o con rocío se llegan a marcar los dedos del recolector sobre la superficie del fruto.

Si la lluvia, ha sido intensa y se prolonga dos o tres días, si es posible, hay que retrasar la recolección, para poder detectar en árbol, el podrido debido a Phytophthora ya que en su inicio, es prácticamente imposible detectarlo en las mesas de selección y es el que con más facilidad se transmite a otros frutos por contacto, no necesita heridas para instalarse en el fruto.

Si los frutos están húmedos, la cantidad de agua absorbida por la corteza, provoca que las glándulas oleíferas de la misma, estén más turgentes de los normal, por lo cual, durante su manipulación, por cualquier roce se rompen y se provoca la salida del aceite esencial, que debemos recordar, es fitotóxico para el propio fruto.

Los frutos deben ser alicatados

El alicatado de los frutos, es necesario para poder tener en los almacenes, frutos con un mínimo de calidad.

Es una práctica habitual, en muchas zonas y países, recolectar los frutos a tirón. Hay necesariamente, que arbitrar algún sistema para evitarlo. El recolectar los frutos de este modo, supone siempre, la rotura de los tejidos del albedo, más próximos al pedúnculo, convirtiendo dicha zona en un punto débil, que facilita la instalación de los hongos que habitualmente aparecen en la misma como Botrytis, Phomopsis, Diplodia, Phytophthora, etc.

Citricos recolectados a "tirón"

En frutos como Valencias, que se pueden conservar 5 ó 6 meses, es difícil mantenerlos más de un mes en condiciones, si se han cogido a tirón.

Todo ello, suponiendo que los frutos sólo pierdan el cáliz o «roseta», porque hay casos, que pueden verse a diario en los almacenes, en los que les falta a los frutos, un trozo de corteza del entorno del pedúnculo, lo cual convierte a los mismos en destrío de «peladora».

En otros casos, los frutos recolectados a tirón, conservan una porción de tejido leñoso del pedúnculo. Este tejido leñoso, solo puede producir heridas a los frutos contiguos, tanto en el transporte hasta el almacén como durante su manipulación.

Existe el problema añadido, de que este pedúnculo debe cortarse en las mesas de selección para la exportación o venta al mercado interior. No es difícil ver a las «triadoras» cortando pedúnculos en lugar de seleccionar.

La utilización de alicates, debiera ser una norma obligatoria, impuesta por los propios almacenes, que conocen perfectamente, porque los padecen y los pagan, los problemas que originan estos frutos recolectados a tirón.

Los alicates a utilizar, no deben tener punta, para evitar los daños por pinchazos, que podrían producirse en la corteza del fruto y el corte debe ser curvo.

Tijeras recomendadas para el corte de fruta

Tijeras de alicatar cítricosHay que advertir, que cualquier herida producida por los alicates sobre el fruto, es un podrido asegurado, más pronto o más tarde.

Es además, necesario cortar los pedúnculos lo más cortos posible, para evitar heridas sobre otros frutos con los que estén en contacto, durante el transporte.

Evitar producir heridas

Tirar los frutos, desde el árbol donde se recolectan hasta las cajas de recolección y volcar estas de cualquier forma a las de transporte, solo origina, heridas y magulladuras en los mismos, con los consiguientes problemas para la calidad de los frutos.

En algunas zonas se utilizan para la recolección recipientes recubiertos interiormente o bolsas tipo «canguro» con el objeto de minimizar estos problemas.

No recolectar frutos podridos ni del suelo

Nunca, deben recolectarse frutos, que estén afectados por algún tipo de podredumbre, por el efecto multiplicador, que provoca este problema sobre los frutos sanos. Sobre todo, si se trata de frutos con problemas de Phytophthora.

Los frutos que haya en el suelo, deben dejarse donde están, ya que como mínimo, has sufrido el golpe producido por la caída, los tejidos están más débiles, son más propensos al podrido y tienen contacto directo con los hongos de suelo.

No recolectar frutos con signos evidentes de ataques de insectos

Hay insectos que, salvo excepciones, los daños que producen en los frutos, como ya comentamos, no influyen ni en la calidad de los mismos, ni en la conservación, ni en la comercialización.

La mosca mediterránea (Ceratitis capitata) es la que más daños produce y hay que eliminarla en la recolección, separando los frutos afectados, para después destruirlos, no sirve de nada tirarlos al suelo ya que, de esta forma, estamos multiplicando el número de insectos.

En los frutos verdosos, se distingue perfectamente, porque puede verse, un punto negro y en su contorno, una zona color beige, perfectamente diferenciada del resto del fruto y en los maduros, es más difícil su detección, pero al coger los frutos uno a uno, se puede observar con más facilidad, los frutos afectados por este insecto.

No recolectar frutos pequeños

Estos frutos, originan una serie de problemas que enumeramos:

      • Ocupan en las cajas el espacio que debieran ocupar frutos comerciales.
      • Se paga el transporte, tratamientos, etc.… como si fueran frutos comerciales, hasta el precalibrador o el calibrador, si no se dispone del primero
      • Al final, van a la «peladora» o al destrío.

Cuidar el transporte hasta el almacén

Los responsables de la carga no deben permitir:

    • Cajas en las que la altura de la fruta sobrepasa la de la propia caja, ya que al apilarlas, se producen magulladuras, de la mayoría de los frutos que contiene el envase.
    • Frutos que al ser recolectados a tirón, conserven un trozo de madera de la zona peduncular, ya que los caminos y los camiones de transporte, no son los más adecuados, para evitar, que esa porción leñosa, no produzca heridas innecesarias en los frutos contiguos.
    • Camiones cargados de cajas con fruta, con alturas superiores a los laterales del vehículo de transporte, sin la debida sujeción, que NUNCA debe apoyarse sobre la propia fruta.
    • La circulación de los vehículos de transporte, a velocidades inadecuadas para el terreno en el que se mueven. Las prisas por llegar antes al almacén, en el mejor de los supuestos, origina como mínimo, roces entre las frutas transportadas, que lo único que ocasionan son problemas en el propio almacén.

Índice de madurez

Los cítricos, son frutos en los que predominan en su composición, los glúcidos (glucosa y sacarosa). Al no contener almidón, no cabe la posibilidad, de que se transforme en azúcares más simples durante el estocaje o la conservación, por lo cual no pueden mejorar su calidad interna. Tal como se recolectan llegan al consumidor. Únicamente los limones, una vez recolectados, aumentan con el tiempo la cantidad de zumo.

La forma más habitual, de medir la madurez interna de un fruto cítrico, es mediante el índice de madurez (IM):

IM = E / A

Donde E, corresponde a la mayor parte de sólidos solubles del zumo, compuesto por azúcares mayoritariamente. Se mide con un refractómetro y se expresa en grados Brix.

El parámetro A, corresponde a la mayor parte de acidez del zumo, expresado en gramos de ácido cítrico por litro de zumo. Se mide mediante la valoración con NaOH (0,1 N), utilizando fenoltaleína como indicador.

Es un sistema rápido para conocer, con bastante precisión, la madurez interna de los cítricos.

Indicamos a continuación, para las distintas variedades, el IM mínimo exigidos para su comercialización:

    • – Satsumas, naranjas (tempranas y de media campaña) → E/A = 6.0
    • – Clementinas y naranjas tardías → E/A = 6.5
    • – Mandarina Fortune → E/A = 8.0

Porcentaje de zumo

La cantidad de zumo en los frutos cítricos, para su comercialización, vienen determinada por los siguientes parámetros:

  • – Clementinas → 40%
  • – Satsumas, naranjas y mandarinas híbridas → 33%
  • – Limones → 20%

Índice de color en cítricos (ICC)

El hecho de que el consumidor, asocie la madurez de los frutos, con el color de los mismos, ha dado lugar a que comercialmente, se haya fijado, un IC mínimo para cada variedad

Sin embargo, la coloración de los cítricos, es independiente de su madurez interna, ya que en ella influyen factores geográficos, climáticos y prácticas culturales, que afectan no sólo al color sino también al IM.

Por otra parte, la sensación de color, depende de numerosos factores: intensidad de la iluminación, forma geométrica del objeto y factores subjetivos como la capacidad de visión, estado de ánimo, poder de fijación del observador, etc.

En realidad, en el color externo de los cítricos, coexisten clorofilas y carotenoides. En los frutos verdes, los carotenoides se hallan enmascarados por el verde intenso de las clorofilas y a medida que avanza la maduración, se van degradando las clorofilas y se incrementa la síntesis de carotenoides, estos procesos son simultáneos, pero a la vez independientes.

¿Cómo puede medirse el color?

– Por apreciación visual directa, que para llevarla a cabo, se realiza con la colaboración de varias personas, para corregir los factores subjetivos que hemos comentado.

– Mediante colorímetros, que se basan en:

      • o Sistemas de coordenadas básicas (X Y Z)
      • o Sistemas CIE de cromaticidad
      • o Sistemas basados en colores opuestos
        • » Sistema CIELAB
        • » Sistemas HUNTER Lab

– Escalas basadas en los sistemas colorímetros. Uno de los sistemas más utilizados es el de HUNTER Lab.

De todas las formas, el sistema más práctico, es la comparación de los frutos con escalas preestablecidas, que corresponden a tonos de color aceptados generalmente, ya que los colorímetros no están, en la mayoría de los casos, al alcance técnico ni económico de los almacenes.

Referencias de índices de color (Fuente: IVIA)

Cítricos Limones
Verde intenso IC < -7 IC ≤ -10
Predomina el verde -7 < IC < 0 -5 < IC < 0
Predomina el amarillo 0 < IC < +7 IC ≈ 0
Color comercial IC ≥ 6 0 < IC < +5

* Valores medidos con un colorímetro Minolta y aplicando IC = 1000·a / L·b

Clareta en citricos

Clareta en citricos

Claidades permitidas por categoria para la soltura leve del pericarpio.

La clareta es un desorden fisiológico que se produce en el tejido blanco y esponjoso interno de la corteza, denominado albedo. La clareta produce un colapso de dicho tejido, caracterizado por la presencia de pequeñas grietas y roturas que alternan con áreas de abultamiento de la corteza, lo que provoca una depreciación comercial de los frutos afectados. Como consecuencia de esos agrietamientos internos, la parte exterior de la corteza pierde consistencia y se ablanda, con lo que se reduce su capacidad de almacenamiento, transporte y conservación, produciéndose un destrío que, algunos años, representa una cantidad importante. 

En un estudio recopilatorio sobre esta alteración, efectuado en la Estación Experimental Agraria de Carcaixent (M. Juan y J. Puchades, 2005), se apunta que hay años o cosechas de mucha clareta y otros de poca o casi nula, lo cual parece implicar, directamente, a algún factor climatológico como agente causal (directo o indirecto) de la alteración. 

  Factores influyentes.

Los factores climáticos influyen de modo decisivo. Las fluctuaciones de humedad y la diferencia entre las medias de las temperaturas máximas y mínimas determinan su incidencia e intensidad. Esta última, a su vez, se halla asociada a cosechas elevadas, y es mayor cuanto mayor es esta. Otros factores, como el tipo de suelo, la posición del fruto en el árbol, el portainjerto, el riego y la fertilización, parece ser que tienen incidencia en su aparición. 

También se ha comprobado que se presenta más en frutos procedentes de árboles adultos; que cuanto mayor sea el número de frutos afectados en un árbol, mayor será la intensidad de la alteración en cada fruto; y que cuanto menor sea el tamaño del fruto y menor el espesor de la piel, tanto mayor será la incidencia de clareta. Aunque la presencia de esta anomalía se atribuye a un origen genético, todo aquello que contribuya a debilitar o engrosar la corteza del fruto tiene su influencia, ya que los primeros síntomas son visibles a los ocho días del cuajado y, a los dos meses, ya se observa la desintegración del albedo.

Por tanto, el tipo y textura del suelo, las buenas prácticas del cultivo, el estrés hídrico durante el verano, etc., pueden influir positiva o negativamente en la presencia de clareta. El patrón puede influir sobre la sensibilidad de los frutos a esta afección, siendo el C. Volkameriana el que, marcadamente, induce menos clareta. En cuanto a las variedades, suelen presentar clareta la Navelina, Washington Navel, Valencia Late, Clementinas y Fortune. 

  Control de la alteración.

Puesto que la clareta afecta con mayor intensidad a los frutos de menor tamaño y menor espesor de la piel, todas aquellas prácticas de cultivo que permitan regularizar la producción y que la fruta alcance, dentro de las características propias de cada variedad, un buen tamaño, serán beneficiosas. Así, debe evitarse la alternancia productiva (vecería), ya que el año de elevada cosecha, esta será excesiva y, muy probablemente, los frutos serán de tamaño pequeño; realizar podas que ayuden a equilibrar los árboles entre vegetación y producción; si es posible, realizar la recolección en el momento de madurez, sin retrasarla excesivamente; valorar, en su caso, la conveniencia de efectuar algún tratamiento de engorde del fruto, así como la realización de un aclareo manual de frutos. 

Por otra parte, en cuanto a las prácticas de cultivo y con referencia al abonado, debe procurarse que este sea equilibrado, fraccionando las aportaciones nitrogenadas y procurando unos buenos niveles de potasio y calcio en los frutos. En cuanto al riego, este debe ser regular y uniforme, sin que se produzca un estrés hídrico marcado, que llevaría una parada del crecimiento del fruto y, al volver a regar o tras una lluvia, habría un aumento rápido del tamaño del fruto y la probable inducción a la clareta.

Las dos épocas de máxima sensibilidad, según el estudio de Juan y Puchades, parecen ser julio y septiembre-octubre, según variedades más o menos tardías. Aunque algunas parcelas presentan la alteración de forma sistemática, y en ellas hay que modificar los factores de cultivo para intentar corregirlos, no hay que olvidar que la clareta se hace más visible con la permanencia de la fruta en el árbol, siendo uno de los factores que contribuyen a la pérdida de calidad de la fruta una vez madura. 

  Tratamiento corrector.

El efecto de este tratamiento es más el de retrasar la aparición de la clareta que el de impedir su presencia, lo cual permite, en teoría, un mayor período de comercialización de la fruta en mejor estado. En función de la importancia del problema, se tomará la decisión de realizarlo. La aplicación de ácido giberélico (10-20 ppm) hacia finales del mes de julio reduce la incidencia de clareta, sin retrasar el cambio de color, lo que tiene interés en variedades de recolección precoz, como Navelina. Un buen control se consigue, también, si se aplica próximo al cambio de color o durante este, aunque retrasa la maduración externa. Hay que tener en cuenta que la incidencia de la clareta aumenta con la permanencia de la fruta madura en el árbol.

CLARETA

EXTRA
LÍMITE PERMITIDO
PRIMERA
CLARETA EN CITRICOS CALIDAD EXTRANavel
 
CLARETA EN CITRICOS CALIDAD PRIMERANavel
LÍMITE PERMITIDO
SEGUNDA
DESTRÍO

CLARETA EN CITRICOS CALIDAD SEGUNDANavel

CLARETA EN CITRICOS CALIDAD DESTRIONavel

Trips en Citricos

Trips en Citricos

Identificación

Es importante diferenciar Pezothrips kellyanus del resto de trips que también se alimentan de las flores de los cítricos pero no producen daños. Los adultos de P. kellyanus son negro-parduzcos con la base de las alas claras, su tamaño varía entre 1 y 2 mm. Las hembras son ligeramente más grandes que los machos y tienen el abdomen ensanchado. Suelen aparecer agregados en las flores y en las hojas jóvenes.

Ninfa de Pezothrips kellyanus  en cítricos
Ninfa de Pezothrips kellyanus en cítricos

Las ninfas, que son las que producen los daños, no tienen alas, son blancas durante el primer estadio y adquieren tonalidades más amarillentas y anaranjadas durante el segundo estadio.

Síntomas y daños

Las ninfas de P. kellyanus se alimentan de las células epidérmicas situadas bajo el cáliz de los frutos jóvenes produciendo su escarificación. Cuando el fruto crece la zona escarificada forma un anillo alrededor del pedúnculo. El daño es sólo exterior y por lo tanto estético. Los daños son similares a los producidos por las rozaduras con las ramas pero estos generalmente no producen escarificaciones circulares.

También pueden producir decoloraciones en frutos maduros, aunque estas son poco comunes.

Biología

Detalle de Adulto de Pezothrips kellyanus en citricos
Detalle de Adulto de Pezothrips kellyanus en citricos

Las hembras ponen los huevos en las partes tiernas de la planta, en los pétalos cuando hay flor y en los frutitos y hojas jóvenes cuando la flor ha caído. Las ninfas se establecen en las flores, entre los pétalos y los frutos recién cuajados y bajo el cáliz de los frutos jóvenes. Por lo general, se alimentan de las células epidérmicas situadas bajo el cáliz de los frutos jóvenes. Una vez completado el segundo estadio las ninfas se dejan caer al suelo donde pasan por el tercer y cuarto estadio (prepupa y pupa). Durante estos estadios se entierran en el suelo o bajo la hojarasca donde completan su desarrollo.

El ciclo completo dura entre 10 días (a 31-35°C) y 26 (a 15°C).

Flores con presencia de Pezothrips kellyanus en Citricos
Flores con presencia de Pezothrips kellyanus en Citricos

Se considera que P. kellyanus presenta una sola generación completa en todos las variedades de cítricos excepto en limones. En aquellas parcelas donde la floración primaveral se alarga y no es homogénea P. kellyanus puede completar una generación antes de la caída de los pétalos y por lo tanto ser más abundante y dañino. Inverna en forma de pupa en el suelo, los adultos emergen al principio de la primavera y ponen los huevos en los pétalos o frutos recién cuajados donde emergen las ninfas que se alimentarán de los frutos.

Variedades atacadas

Daños producidos por Pezothrips kellyanus en frutos cítricos
Daños producidos por Pezothrips kellyanus en frutos cítricos

Aunque todas las variedades son sensibles, P. kellyanus produce los mayores daños en limones, naranjas del grupo navel y valencia y pomelos respectivamente.

Muestreo

El muestreo debe realizarse semanalmente desde la caída total de los pétalos hasta que los frutos hayan alcanzado un diámetro de 3.5-4 cm (6-8 semanas).

Muestrear frutos sanos y exteriores recién cuajados:

  • Dos frutos por árbol.
  • 25 árboles por cada lado de la parcela (100 árboles)

Umbral

Daños producidos por Pezothrips kellyanus en frutos cítricos
Daños producidos por Pezothrips kellyanus en frutos cítricos

El tratamiento se realizará cuando se supere el 5% de frutos con presencia de ninfas de P. kellyanus. Para ello se determinará la presencia de ninfas en 100 frutos sanos (entre 1 y 2 frutos por árbol). Para observar las ninfas se debe utilizar un cuentahílos y es aconsejable levantar el cáliz cuando este cubre la parte superior del fruto porque es donde se encuentran las ninfas de P. kellyanus.

Ficha de muestreo Pezothrips kellyanus.pdf

Control biológico

No se conocen parasitoides que puedan controlar las poblaciones de P. kellyanus en cítricos y se desconoce si los fitoseidos presentes en los cítricos pueden alimentarse de P. kellyanus como lo hacen en otros cultivos con otros trips.

Control cultural

Evitar la presencia de plantas que florecen antes que los cítricos en la parcela o en su borde porque P. kellyanus puede reproducirse en esta planta y por lo tanto ser más abundante y dañino cuando florezcan los cítricos.

Control químico

Tratamiento recomendado

Los tratamientos químicos contra trips con organofosforados deberían minimizarse porque pueden desequilibrar el control biológico de otras plagas y porque los trips se vuelven resistentes con mucha facilidad.

En caso de realizar tratamiento las materias activas recomendadas son:

Modo de acción Materia activa Plazo seg.
Moduladores del canal sodio Etofenprox 14
Inhibidor de la aceticolinesterasa Dimetoato (solo plantones y siempre sin cosecha pendiente de recolección) 21
Metil clorpirifos 15

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Conceptos básicos

Conexiones sociales y +1s

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