El cultivo de las habas

El cultivo de las habas

José Mateo Box
INGENIERO AGRONOMO
Del Instituto de Semillas Selectas 1957

El de las habas es uno de los cultivos de huerta de mayor importancia en los regadíos españoles. Su interés económico radica en la multiplicidad de sus aprovechamientos: para obtener granos secos, de gran riqueza en principios nutritivos (principalmente proteínas); para consumir las vainas tiernas; como forraje para el ganado, solas o asociadas a otras leguminosas o gramíneas, y también como abono sideral, enterradas en verde.
Su rusticidad hace que el cultivo sea fácil y poco exigente, aunque teme los fríos. Por ello son plantas típicas de zonas cálidas para cultivos de otoño e invierno y, en cambio, en las frías se deben sembrar en primavera.

HABAS DE HUERTA

Las habas pertenecen a la especie Vicia faba L., de la familia de las Leguminosas, tribu de las Viceas, siendo una de las plantas que desde tiempos más antiguos cultiva el hombre.
Las habas se cultivan principalmente por sus granos o semillas, así como también por sus vainas tiernas, que son muy apreciadas en la alimentación humana y de los animales. Las semillas contienen un porcentaje muy elevado de proteínas (alrededor de un 23 por 100), haciendo de ellas un pienso de gran valor nutritivo para el ganado, así como un alimento de primer orden para el hombre. Sus vainas o legumbres verdes y tiernas, son muy agradables y contienen también una buena proporción de principios nutritivos (al¬rededor de un 7 por 100 de proteínas, 0’5 por 100 de grasas y 9 por 100 de hidratos de carbono), siendo de muy fácil digestión.
Con la semilla se obtiene además harina de gran valor nutritivo, sirviendo para la alimentación del hombre convertida en purés o incluso mezclada al trigo, en pequeña proporción, puede ser panificable.

Descripción botánica de las habas.

Las habas son plantas anuales, con sistema radical bien desarrollado, tallos fuertes, tetragonales, que pueden alcanzar hasta 1’5 metros de altura. La ramificación de estos tallos suele ser escasa y el número de éstos depende del ahijamiento de la planta.
Las hojas son compuestas, paripinadas, con 2-4 pares de folíolos y sin zarcillos ; tienen color verde, algo grisáceo y estípulas provistas de nectarios.
Inflorescencias agrupadas en racimos axilares con número variable de flores, de color blanco, con manchas oscuras en las alas y rayas de color pardo en el estandarte. Los frutos son legumbres típicas y su número varía de uno a cuatro por nudo, estando dispuestos de forma muy diversa según las variedades, desde erguidos hasta colgantes ; tienen un color verde intenso cuando están en estado no maduro y que en la madurez se convierten en negros. Estas legumbres están tapizadas interiormente de un tejido aterciopelado característico. El número de semillas por vaina es muy variable, pero por término medio es de cinco a ocho.
Las semillas son de tamaño grande, más o menos aplastadas y de forma oval. Su mayor longitud puede llegar a tener hasta cuatro centímetros en algunas variedades de huerta y menos de uno en las habas caballares. Son de color amarillo rosado cuando hace poco que se las ha recogido y conforme pasa el tiempo toman tonos parduzcos.
Desde un punto de vista agrícola sólo tienen interés dos variedades botánicas : la variedad menor y la variedad mayor. La primera comprende las habas caballares, y son las típicas habas de secano. La variación mayor, comprende todas nuestras habas de regadío, que alcanzan justamente fama mundial por su extraordinaria calidad. En este estudio sólo hemos de ocuparnos de los tipos comerciales de las habas de huerta.

Tipos comerciales.

AGUADULCE.— Oriunda del pueblo del mismo nombre, de la provincia de Sevilla; son habas caracterizadas por tener los tallos de buena altura, robustos y escasamente ramificados. El color de conjunto de la planta es un verde grisáceo.
Las flores están agrupadas en racimos de escaso número de ellas. Los frutos son de gran tamaño, mucha longitud y colgantes, debido a su elevado peso (alcanzan hasta o’5o metros de longitud) y pueden tener de cinco a nueve semillas. Es un excelente tipo comercial que da producciones elevadas cuando las condiciones de clima y de suelo le acompañan. Sin embargo, necesita tierras fértiles y cuantioso abonado para producir a pleno rendimiento. Los frutos verdes son muy apreciados para consumir en crudo, cuando aún están tiernos. Este tipo comercial necesita un ciclo de doscientos a doscientos veinte días desde la siembra hasta la recolección de las semillas maduras, en siembras de otoño.

MUCHAMIEL.—Procedente de la zona del mismo nombre, cíe la provincia de Alicante. Plantas de menor porte que las Aguadulce, que a veces puede ser achaparrado. Las inflorescencias tienen un número bastante elevado de flores (a veces hasta 10 o 12), pero sólo unas pocas de ellas llegan a fructificar, por lo que los frutos están agrupados en número de uno, dos o tres como máximo. Los frutos son, en general, de menor longitud que los de la Aguadulce y, por tanto, de menor peso, lo que hace que adopten una posición casi horizontal; tienen de tres a siete semillas. Las habas Muchamiel son de ciclo más corto que las Aguadulce e incluso en su zona típica, se las denomina Cuarentenas por la pro¬piedad de necesitar solamente cuarenta días desde la siembra para obtener vainas tiernas. El ciclo vegetativo desde la siembra a la obtención de semillas maduras es de unos ciento noventa a doscientos días, en siembras de otoño.

RAMILLETE.—Es un tipo comercial bastante diferente a los anteriores y, según algunos autores, es una adaptación de las habas Muchamiel al clima de la huerta de Murcia. Estas habas tienen tallos erectos de altura media, con hojas de folíolos algo menores que en los otros tipos ; lo característico de estas habas son los frutos o legumbres, que en número de dos o tres se encuentran situados en los nudos más bajos de la planta y en posición erguida, formando un ángulo muy agudo con el tallo. Son de tamaño pequeño.

MAHÓN.—Probablemente es una selección del haba Muchamiel, adaptada a las condiciones climáticas de las Baleares; son más resistentes a la sequía que las demás habas de huerta, pero en cambio son muy sensibles al frío. ahijan muy poco.

GRANADINA.—Procede de la Vega de Granada, donde se utiliza tanto para la alimentación humana, como en la de los animales. Las semillas son de color claro y de tamaño grande; es un tipo de bastante resistencia al frío.

GOLIATH.—Es una selección de las habas Muchamiel obtenida por el seleccionador español Sr. Gallástegui. Tiene características botánicas y agrícolas muy semejantes a las de la variedad de origen, aunque un ciclo algo más largo.

Cultivo.

En general esta especie es bastante rústica y poco exigente en cuanto a suelos, aunque prefiere los arcillosos calizos, bien provistos de materia orgánica, profundos y frescos. Los suelos con humedad excesiva y los muy secos no ofrecen condiciones para este cultivo. Prefieren los climas marítimos, templado-cálidos tiene cierto grado de resistencia a la sequía, con tal de que no sea prolongada, siendo la cosecha inversamente proporcional a ella. Si el año es muy seco, la floración se adelanta con pérdida en producción y en calidad. Es muy sensible a las heladas, sobre todo con suelo seco, pero si éstas no son prolongadas ni fuertes, las plantas se rehacen con facilidad e incluso las flores (que son los órganos más sensibles de esa planta), aunque se destruyen con facilidad por las bajas temperaturas, vuelven a aparecer cuando éstas cesan.

LABORES ANTERIORES A LA SIEMBRA.

Las labores anteriores a la sementera deben ser las precisas para dejar el suelo lo más suelto y mullido posible, procurando que sean tanto más profundas, cuanto más compacta y seca sea la tierra. Si las habas se colocan detrás de un cereal, se debe alzar el rastrojo por lo menos con dos o tres meses de anticipación a la siembra ; esta labor se hace con arado de vertedera o con discos, procurando remover el suelo para que el rastrojo se mezcle bien con la tierra. Posteriormente se darán cuantas labores superficiales sean necesarias para mantener el suelo suelto y limpio de malas hierbas. La última de estas labores se completará con un tableado para dejar la superficie lo más llana posible.

ABONADO.

Antes de proceder a preparar la tierra para hacer la siembra, se debe abonar con una mezcla de fertilizantes fosfatados y potásicos, de acuerdo con las exigencias de cada suelo. Si en la cosecha anterior se ha estercolado en buena proporción, la cantidad de abonos químicos que hayamos de suministrar al suelo será menor que en el caso contrario. La práctica de estercolar las habas poco antes de la siembra no es eficaz, en general; por ello, lo mejor es que este abono orgánico se haya dado en la cosecha precedente. Una mezcla de 30o kilogramos de super fosfato y 150 de potasa por hectárea constituye un abonado adecuado para suelos de tipo medio. Este abono se dará por lo menos quince o veinte días antes de la siembra y se enterrará bien por medio de una labor.
Cuando el suelo sea escaso en nitrógeno, puede ser conveniente un ligero abonado con nitrogenados, mezclados a la fórmula compuesta dada anteriormente. Sin embargo,
(i) Las habas, como plantas pertenecientes al grupo de las leguminosas, tienen nódulos en las raíces producidos por la simbiosis con unas bacterias asimiladoras del nitrógeno atmosférico (Rhizobium) y por tanto no suelen necesitar abonos nitrogenados.
el empleo de abonos nitrogenados no es, en general, aconsejable durante el otoño, siendo preferible cuando se note esta escasez en nitrógeno darlos todos en cobertera durante la primavera.
Preparación del terreno para el cultivo de las habas. Los caballones están en este caso bastante separados por ser una variedad de buen porte y en clima frío.
Las habas necesitan cierto contenido de caliza en el te-rreno para prosperar y caso de ser el suelo escaso en este principio, se deberán hacer las enmiendas precisas.

SIEMBRA.

Una vez dadas las labores preparatorias y abonado el terreno con los abonos de fondo, se procederá a la siembra, que en nuestras latitudes suele efectuarse en otoño, desde el mes de septiembre hasta el de noviembre, según las zonas ; en las más cálidas, en las marítimas y templadas, la siembra se efectúa pronto con el fin de tener productos lo más tempranos posibles. Conforme los climas se hacen más fríos, las siembras de otoño se efectúan más tarde. En las zonas extremadamente frías o de mucha altitud, la siembra debe efectuarse en primavera, cuando las bajas temperaturas no sean ya de temer.
La siembra de las habas de huerta, se debe hacer en líneas y mejor aun sobre caballones hechos previamente ex profeso. La operación de sembrar en líneas en el cultivo extensivo, puede hacerse mecánicamente mediante sembradoras de las que en el comercio de maquinaria existen varios modelos, pero casi siempre es preferible efectuar la siembra a golpes sobre los caballones previamente hechos; también muchas veces se efectúa la siembra en líneas a chorrillo, arando entre líneas para formar caballones con la tierra sacada de los surcos. De todas maneras, las modalidades de siembra son muy variables según los usos y costumbres de la localidad y de la forma en que se vaya a efectuar el riego.
Como normas generales, diremos que los caballones o surcos, no deben ser demasiado largos para que el riego se haga con facilidad. La separación entre líneas o caballones varía con la variedad y tipo comercial, así como con la calidad del terreno y la cantidad de agua disponible. Sin embargo nunca debe ser inferior a 50 centímetros.
El espaciamiento de los golpes en las líneas debe ser de 30 a 40 centímetros y la profundidad de siembra no debe ser mayor de seis a ocho centímetros. Se emplean de 200 a 300 kilogramos de semilla por hectárea.

LABORES POSTERIORES A LA SIEMBRA.

En general estas labores son muy sencillas, limitándose a mantener el suelo limpio de malas hierbas y bien mullida la superficie. Cuando las semillas tardan en producir las plántulas por encima de la superficie del suelo, puede intentarse ayudar a las plantitas dando una ligera labor de rastra, para romper la costra.
Cuando las plantas alcanzan 15 a 20 centímetros y no son de temer las heladas, se debe dar una labor de bina, dando las escardas que fueran necesarias a partir de este momento, pero procurando no dañar los tallos que son fácil¬mente quebradizos.

RIEGO.

Se deben dar los riegos necesarios para que las plantas no carezcan nunca del agua necesaria, teniendo en cuenta, sin embargo, que un exceso de humedad también puede llegar a ser muy perjudicial. Después que han nacido las habas, si la siembra ha sido en otoño, no es preciso regar a menos que el suelo esté manifiestamente escaso de humedad. En la primavera, cuando las plantas inicien su rápido desarrollo, deben darse los riegos necesarios para que el cultivo no carezca nunca de agua ; por término medio, en nuestros regadíos, son necesarios de seis a ocho riegos en la primavera, con un volumen de unos 500 metros cúbicos por hectárea y riego.

RECOLECCIÓN.

Como hemos visto anteriormente las habas pueden ser cultivadas, bien para obtener sus vainas verdes, sus granos o también su forraje, así como en ciertos casos se utilizan como abono en verde.
La recolección de vainas tiernas no ofrece dificultades, teniendo en cuenta únicamente que los frutos deben ser cogidos en su momento oportuno, puesto que si se recogen demaiado pronto, no se obtendrá todo el rendimiento económico que puede esperarse y, si se retarda, las vainas se endurecerán y el producto bajará mucho de valor. Estos frutos no admiten un prolongado almacenaje y, por lo tanto, debe organizarse bien la salida al mercado para que lleguen en las mejores condiciones. La recolección de estas vainas verdes tiene que hacerse en varias veces para ser en su momento oportuno, operación que suelen efectuar mujeres y chicos.
La producción de vainas tiernas es muy variable, dependiendo de la variedad así como de las condiciones climáticas; por término medio es de 4.000 a 5.000 kilogramos por hectárea, aunque puede llegar hasta 8.000 ó 10.000 kilogramos.
El mayor valor que se obtiene de estos productos, es de las llamadas habas primerencas, es decir, aquellos frutos verdes obtenidos lo más tempranamente posible, que son los que alcanzan mayores precios en los mercados.
La recolección de grano seco se hace bastante más tarde, cuando las vainas empiezan a oscurecer y a presentar signos de desecación. Debe recogerse el grano antes de que comience el desgrane de una forma natural. Muchas veces las diferencias de época de siembra constituye un inconveniente para la recogida uniforme de los frutos secos, por cuanto la maduración viene escalonada y aun muchas veces las diferentes floraciones que se pueden presentar en siembras uniformes, son un obstáculo para recoger oportunamente toda la cosecha. Por ello, es preferible utilizar mayor número de jornales en varias recogidas, efectuando la operación en el momento oportuno, que no perder muchos granos por la dehiscencia de los frutos.
La producción es también muy variable, siendo alrededor de los 1.300 a 2.000 kilogramos de habas secas por hectárea, aunque en muchas ocasiones se supera ampliamente estas cifras.
La recolección para forraje se efectúa siempre en primavera cuando las matas están en plena floración, que es el momento en que el contenido en principios alimenticios es mayor, al mismo tiempo que el forraje es suficientemente tierno para que sea agradable de consumir por el ganado.
Muchas veces el cultivo se hace asociado con otras leguminosas (por ejemplo, veza) y también con gramíneas (cebada, avena, etc.). La siega puede hacerse a mano, aunque es operación lenta y trabajosa, por lo que es mejor efectuarla con guadafiadoras provistas de rastrillo y barras de siega que acondicionen estas máquinas a esa labor.
Las habas, por último, son utilizadas con cierta frecuencia para enterrar en verde (abonos siderales) con objeto de que mejoren las condiciones físicas y químicas de terre¬nos compactos o mineralizados.

12 comentarios en «El cultivo de las habas»

  1. Excelente articulo. Los planteamientos que se hacen para las zonas templadas tienen similar comportamiento en zonas tropicales

  2. unos de los mÁs completos que he visto de los que hay por ahÍ felicidades

  3. muchas gracias. Bonita y correcta presentación. me ha servido de gran ayuda. (

    un saludo).

  4. un artículo excelente y muy pedagójico, que pronto podré comprobar en la práctica.

Responder a Melchor Muñiz Tarazon

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